martes, 13 de febrero de 2018

Árboles. Ida Vitale.

El mes de enero de 2018 la poesía llevará un crespón negro. Se han ido dos de los poetas más veteranos; el genial y antipoeta Nicanor Parra, fallecido en la ciudad chilena de La Reina el día 20 de enero a los 103 años; y Claribel Alegría  la poeta más conocida de Nicaragua que, 2 días después, murió con 93 años en Managua.


Ida Vitale. 2015 en la Texas A&M Univ.
 (Wikipedia)

Así que, ahora, en la división de honor de la poesía en castellano, posiblemente sea Ida Vitale, con 94 años, la poeta en pie más veterana. En su libro Reducción del infinito de 2002 se encuentra el poema Arboles que nos trae memoria y sentimiento de (casi) todos los árboles del mundo.


ÁRBOLES


¿Es la encina de Orlando o son éstas de Austin?
¿Es el ombú de Hudson o aquel junto al que el auto
arrastró de la vida a Julio casi hermano?
¿El baniano de Paz, que era el de Sakuntala?
¿Sauces de Garcilaso?, ¿el que planté yo misma?
¿Álamos del amor o aquel del que en invierno
caían a mis pies pájaros casi muertos?
¿Las higueras constantes, entre polvo y jardines?
¿Ese eje en el tropismo de lunas infinitas,
el eucalipto pálido, de plumón perfumado?
¿Los de flor color lacre bajo soles de incendio?
¿Abedul que creí negro, por ébano/abenuz,
hasta que toqué, blanca, su corteza anillada?
¿El árbol esencial que imaginaba Goethe?
¿O aquel con cuya sombra perdí el mundo
que era rumor de voces amistosas
y veo pasar un río que sí es el mismo siempre,
en tanto que lo miro y ya no soy la misma?

                                                                                       De Reducción del infinito, 2002.

Ida Vitale (Montevideo, 1923)

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