miércoles, 28 de febrero de 2018

Perdigones a la parrilla y en crudo. Manuel del Palacio.

En 1892 a Ángel Muro - que, junto con el Doctor Thebussem y alguno más, puede considerarse uno de los protogastrónomos españoles - se le ocurrió hacer un denominado Almanaque de «Conferencias Culinarias», en el que pidió a amigos y conocidos, literatos y periodistas los más, una colaboración gastronómica para adornar el Almanaque. El resultado fue memorable y entre recetas y otras historias, se incluyen un grupo notable de poemas de temática culinaria que han quedado para la historia, la literatura y la gastronomía.




Ángel Muro (Caricatura de Escaler)
(En Wikipedia)


Manuel del Palacio, destacado poeta de la segunda mitad del siglo XIX, (junto con Campoamor y Nuñez de Arce), del que se intuye una de esas increibles biografías que dio ese siglo; se despachó para el Almanaque con este Perdigones a la parrilla y en crudo que tiene oficio y soltura, sabiduría gastronómica, gracia a raudales y un final de traca. 

Perdigones a la parrilla y en crudo
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Tomados, como es uso
los perdigones,
pártanse en dos pedazos
por los riñones.
       
En una cacerola
luego metidos
rehoguénse con manteca
bien removidos.

Pónganse en la parrilla
conforme caigan
y con salsa a la pebre
que me los traigan.
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Hay otro condimento
que se usa mucho:
meter los perdigones
en un cartucho

y cuando un enemigo
muestre la geta,
servírselos de pronto...
con escopeta.

Manuel del Palacio, (17 de diciembre de 1891)

Si nos guardamos para nosotros y para nuestra memoria la receta de los perdigones en crudo, y nos centramos en la parte de los perdigones a la parrilla; después de trocearlos por los riñones y de rehogarlos en manteca, Manuel del Palacio dice claramente: "... con salsa a la pebre / que me los traigan." Salsa "a la pebre" que no puede ser otra que la salsa del "all i pebre", el guiso de anguilas y patatas con ajo y pimentón que se hace en Valencia.





All i pebre de anguila
(En Wikipedia)

Esta salsa, que también se puede utilizar en guisos de  otros pescados, se puede hacer más o menos de la forma siguiente. Necesitaríamos - a más de aceite y sal - varios dientes de ajo, pimentón, harina, cayenas y caldo (o agua).  

Se machacan varios dientes de ajo en el mortero y se echan a la sartén con aceite no muy caliente. Se añade harina y se remueve rápido para freir la harina; y después pimentón, dulce o picante, sin dejar de remover. Depués inmediatamente, se añade caldo y agua y se cuece a fuego lento unos 10 minuto, sin olvidarse de remover. (Si el pimentón es dulce, habría que echarle 1 o 2 cayenas).

Una variación natural de la receta sería hacerla a la clásica: exactamente igual que con la anguila, y sustituir la harina en la receta anterior por patatas que se cortarían chascadas en trozos pequeños, que le darían a la salsa el espesor correspondiente. El tiempo de cocción sería superior: como mínimo 20 minutos.

De otro modo, que a veces viene así en la receta, se utiliza pan y almendras para espesar la salsa. Así, primero se fríen en aceite unas rebanadas de pan y después un puñadito de almendras que se reservarán. En el mismo aceite se fríe el ajo machacado y el pimentón que removemos rápidamente sin que se queme. A continuación se añade el caldo o el agua. Cuando empiece a hervir se ponen una o dos cayenas. Entretanto, se machacan en el mortero las rebanadas de pan frito y las almendras que se agregan al caldo que hervirá suave unos 10 minutos.

Y en esta salsa all i pebre se pueden cocinar (o aliñar con ella una vez cocinados) pescados diversos: congrio, merluza, rape..., etc. Combinaciones de los anteriores con moluscos y crustáceos también pueden quedar bien.

Y supongo que con carnes también. Al menos, por supuesto, para aliñar los perdigones a la parrilla de Manuel del Palacio.






martes, 27 de febrero de 2018

Marcianita. José Imperatore Marcone.

Ya quedan pocos días (finaliza el día 4 de marzo) para que cierre sus puertas la exposición Marte. La conquista de un sueño en el espacio Fundación Telefónica. En ella hay interesantes espacios dedicados al planeta rojo en la literatura, el cine y la música popular. En este último aspecto, se recordaba, por ejemplo, Life on mars de David Bowie.




Pero ¡ay! no se mencionaba la estupenda Marcianita que llegó a ser bastante popular en los años sesenta en la versión de Billy Cafaro. Olvido imperdonable que remediamos incluyéndola en poesía y ciencia. Con ello, además, iniciaremos en dicha sección una senda aún no explorada: la ciencia en las canciones de la música popular; cuyas letras, son - quien lo duda - poesía en acción. 


Marcianita

Ignorada marcianita,
aseguran los hombres de ciencia que en 10 años más
tu y yo
estaremos tan cerquita que podremos pasear por el cielo y hablarnos de amor.

Yo que tanto te he soñado
voy a ser el primer pasajero que viaje hasta donde estás.
En la tierra no he logrado
que lo ya conquistado se quede conmigo no más.

Quiero una chica de Marte que sea sincera,
que no se pinte, ni fume, ni sepa siquiera lo que es rock and roll

Marcianita, blanca o negra
espigada, pequeña, gordita, delgada serás mi amor,
La distancia nos acerca
y en el año 70 felices seremos los dos.

José Imperatore Marcone, (Chile).

jueves, 15 de febrero de 2018

Listas a todas horas

Si algo nos está enseñando la gestión de los periódicos en sus formatos digitales, es que cada día tenemos que exponernos a mil listas que cada día se nos suministran a cascoporro, trufando,  sin que tengan nada que ver  con las noticias entre las que se insertan.

No me voy a poner pesado, pero ayer 14 de febrero, (día de San Valentín; y en el que a los jugadores del Real Madrid en pleno, además de comprar cada uno de ellos la flor del amor para sus parejas, le debieron suministrar a cada uno desde la directiva un clavel o similar para ponérselo donde decía Miguel Muñoz – única forma de la que se explica la perfecta puesta en escena de la caída de Kroos en el área en un penalti que según el árbitro sí fue, el bracito de Ramos que interrumpía la trayectoria a puerta del balón y que según el árbitro no fue y el encuentro milagrosos del balón con la pantorrilla de Ronaldo), sólo mirando 3 periódicos nos encontramos con 8 listas:
Y lo que no falla es que a menudo acabas picando en alguna. Y son "tontás" como diría mi tía V. Con la de cosas que hay que hacer.  Yo ya no se, francamente, a que se dedican - si es que siguen existiendo - los redactores-jefe.



martes, 13 de febrero de 2018

Árboles. Ida Vitale.

El mes de enero de 2018 la poesía llevará un crespón negro. Se han ido dos de los poetas más veteranos; el genial y antipoeta Nicanor Parra, fallecido en la ciudad chilena de La Reina el día 20 de enero a los 103 años; y Claribel Alegría  la poeta más conocida de Nicaragua que, 2 días después, murió con 93 años en Managua.


Ida Vitale. 2015 en la Texas A&M Univ.
 (Wikipedia)

Así que, ahora, en la división de honor de la poesía en castellano, posiblemente sea Ida Vitale, con 94 años, la poeta en pie más veterana. En su libro Reducción del infinito de 2002 se encuentra el poema Arboles que nos trae memoria y sentimiento de (casi) todos los árboles del mundo.


ÁRBOLES


¿Es la encina de Orlando o son éstas de Austin?
¿Es el ombú de Hudson o aquel junto al que el auto
arrastró de la vida a Julio casi hermano?
¿El baniano de Paz, que era el de Sakuntala?
¿Sauces de Garcilaso?, ¿el que planté yo misma?
¿Álamos del amor o aquel del que en invierno
caían a mis pies pájaros casi muertos?
¿Las higueras constantes, entre polvo y jardines?
¿Ese eje en el tropismo de lunas infinitas,
el eucalipto pálido, de plumón perfumado?
¿Los de flor color lacre bajo soles de incendio?
¿Abedul que creí negro, por ébano/abenuz,
hasta que toqué, blanca, su corteza anillada?
¿El árbol esencial que imaginaba Goethe?
¿O aquel con cuya sombra perdí el mundo
que era rumor de voces amistosas
y veo pasar un río que sí es el mismo siempre,
en tanto que lo miro y ya no soy la misma?

                                                                                       De Reducción del infinito, 2002.

Ida Vitale (Montevideo, 1923)

jueves, 8 de febrero de 2018

Salsa de Bravas

En la introducción a la receta de las patatas bravas, que realizan Alicia Ríos y Lourdes March en el libro El arte de la cocina española, se alude a la afición que tenemos en España a las patatas bravas y a la gran confianza que se deposita en los bares que las ponen. Dan a entender que es una salsa golosa que, en combinación con las patatas, invita a beber y a repetir: “una secuencia en espiral de inspiraciones y emociones”. Lo que es así: que le vamos a hacer. Somos muchos los “devotos” de las bravas, hay, en muchas ciudades, rankings y en los sitios que las ponen ricas las barras parecen ocupadas por melées de rugby.


Ración de patatas bravas
(En es.wikipedia.org)

Y es que la salsa de bravas es, en su configuración básica, muy rica y suculenta pero hay que resaltar que su utilización no se debe considerar exclusiva de las patatas bravas, ya que puede usarse como aderezo ideal para otras viandas. Por ejemplo, vale muy bien como salsa para una tortilla de patatas en salsa, (o bien, para alegrar los restos de una tortilla de patatas un día después de haberse hecho).

Además permite múltiples variaciones, La primera de gradación del picante, de forma que podemos hacerla desde sin picante alguno, (apta incluso  para alegrar un puré de patatas para niños), hasta su versión mariachi con cayena a cascoporro - o cualquier otro picante – que no desentonaría como aliño de tacos mexicanos.

La segunda, es el caldo a utilizar. Por ejemplo, para una salsa brava para mejillones, lo suyo es utilizar el caldo de su cocción; y tendríamos lo que llamamos “tiberios” en Zamora.  O también con el caldo de la cocción de otros pescados que se nos ocurran.


El arte de la cocina española
(de Alicia Ríos y Lourdes March)

La tercera sería la gradación de la cantidad de vinagre y de pimentón. Por ejemplo, podemos hacer una “sui géneris” Raya en pimentón, que no se alejará mucho de la receta original si utilizamos el caldo de una breve cocción de la raya, no le ponemos picante y aumentamos las dosis de vinagre y de pimentón; aliñando después con esa salsa la raya ya cocida.

Ojo, también,  si la salsa de bravas lleva añadidura de cominos, podemos tener el aliño de unos callos suaves. O con un chorrón de ali-oli para salsa de pasta o arroz blanco….., y así sucesivamente.

Una gran salsa que siempre aparecerá en los primeros puestos de las listas más queridas de los españoles y de la que dejamos a continuación la receta básica, que mencionamos al principio, que, créanme, no falla.


RECETA PARA SALSA DE BRAVAS

Ingredientes para 1 kg de patatas

-       2 cucharadas soperas rasadas de harina
-       2 cucharadas soperas de vinagre de vino blanco
-       3 cucharadas soperas de salsa de tomate
-       1 trocito de guindilla
-       Media cucharadita de pimentón
-       250 ml (1/4 litro) de caldo de carne
-       Aceite de oliva

Preparación

1.    Se pone en un cazo una cucharada sopera de aceite y cuando se caliente, verter la harina y el pimentón, mezclar y bañara con el caldo poco apoco removiendo continuamente.
2.    Añadir el vinagre y un trocito de guindilla y cocer 8 minutos a fuego lento sin dejar de remover.
3.    Probar el punto de sal, retirar del fuego y agregar la salsa de tomate...., y lista.

martes, 6 de febrero de 2018

I Thank You. Tom Jones con Tower of Power.

Repasando una libreta de hace varios años , encontré un apunte, para posibles entradas en este blog, de la canción I Thank You interpretada por Tom Jones, bajo el epígrafe "pepino". Supongo que "pepino" viene a querer decir potente, fuerte y con mucho ritmo, irresistible.



Como a estas alturas del año vamos necesitando de un pepino que nos espabile, retomo la etiqueta y la canción. pero no la encuentro - como recordaba - en Youtube interpretada por Tom Jones, donde encuentro la original de interprteada por Sam and Dave en 1968, en su última grabación en Stax. Tom Jones la incluyó en su album Tom de 1970, sólo un año después, pero no está en Youtube, digo, y es una lástima.

Sí canta Tom Jones la canción con Tower of Power esa mítica banda gran difusora e "funkificadora" del mejor soul. Ahí va el pepino. Que lo disfruten, porque Tom Jones va sobrado de voz y ritmo para el soul. Grande.



No menos pepino, es la versión original. Sobre todo si se cuenta con dos secciones de madera (4 saxofones) y metal (3 trompetas y 2 trombones), vestidos de chaquetas azules de fantasía que no solo soplan a ritmo, sino que también la bailan; y a Sam y Dave vestidos igualitos con pantalones "pescadores" amarillos y blusas de color naranja en que los picos de los cuellos le llegan a los hombros.

Definitivamente, necesitábamos un pepino como I Thank You para ponernos en marcha en este febrero con - ¡oh sorpresa! - nevadas.