domingo, 31 de diciembre de 2017

Laboratorio central. Alfredo Veiravé.

En la década de los setenta, la obra del poeta argentino Alfredo Veiravé da un giro hacia un tipo de poesía – que algunos denominaron antipoesía – con vocación de estar en el mundo de todos los días y en la que uno de sus rasgos fundamentales fue incluir objetos y temas - impropios en la tradición poética anterior - que remitían de forma reconocible al mundo cotidiano y a la actualidad de los conocimientos. 



De ese modo, la ciencia y la técnica aparecen de forma natural en numerosos poemas de Alfredo Veiravé. Como en este poema en que se fantasea con un extraterrestre y se postula la cabeza como un Laboratorio central donde se producen fenómenos químicos y eléctricos.

Laboratorio central

Cuando me encuentre en un parque de Rusia
con mi primer extraterrestre
seguramente tendré un poco de miedo de su figura
     humana diferente
como frente al poema que empieza a hablarme
después de una mala noche,
como el mudo a quien le han devuelto la palabra,
y seguramente trataré de explicarle que nuestra cabeza es
también un laboratorio central donde se produce una reacción
en cadena de fenómenos eléctricos y fenómenos
      químicos
que algunos alimentan con alucinógenos con
     alcoholes
     (yo más modesto recurro al fatal cigarrillo de la vida)
     con levitaciones de una sola vuelta
     por el inconsciente estructurado como un lenguaje,
y que es allí en esa pequeña zona donde producen
todas las
tormentas y las fiestas del texto,
esta memoria que sueña con las palabras
     del insomnio, pero seguramente el huirá
entre los árboles hacia su nave madre,
     dejándome otra vez solitario
     en mi escritorio, sobre estos papeles.

Habremos ganado esta batalla antes de comenzar
a navegar por el silencio.

Alfredo Veiravé
(Gualeguay/ Entre Ríos, 1928 – Resistencia/ Chaco, 1991)

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