lunes, 12 de junio de 2017

Daniel Faria o la palabra poética como revelación

El pasado 9 de junio, se cumplieron 18 años del fallecimiento del poeta portugués Daniel Faria. Existe un consenso en que es el poeta de su generación que ha dejado una huella más profunda en la poesía portuguesa. Su temprana muerte, debida a un accidente doméstico, con sólo 28 años, no nos permite vislumbrar cual habría podido ser su evolución vital y literaria; y sólo nos queda la original obra poética que dejó.

Ha querido el destino que sólo un día antes, el día 8 de junio, se celebrara en la Feria del Libro de Madrid, cuyo país invitado este 2017 ha sido Portugal, una sesión de presentación de 3 libros del poeta portugués, Explicación de los hombres y otros animales (2015), Hombres que son como lugares mal situados (2016) y De los líquidos (2017), por Eduardo Ayuso, Director de la Editora Sígueme, con Valter Hugo Mãe editor de la obra de Faria en Portugal  y con el traductor Luis María Marina.



Las intervenciones de la presentación cumplieron con las expectativas; lo que no resulta extraño teniendo en cuenta lo que había en la mesa: dos editores, dos poetas, un sacerdote y un diplomático. Cada uno a su manera fueron mostrando su cariño por Faria.

Eduardo Ayuso insistió en la sugerente y atractiva imperfección del poeta y su maestría para  revelar la transcendencia a través de la palabra poética. Luis Mª Marina contó su acercamiento a la obra de Daniel Faria y a las dificultades de la traducción, lo que no se nota ya que su versión es tan cristalina que pareciera que leemos el original. Valter H. Mãe  hablo de la magia de la preparación del libro póstumo Los líquidos, con la profesora  Vera Vouga; contó algunas anécdotas del poeta, (que regalaba piedras a los amigos), y dejó entrever una visión humana del poeta no tan religiosa como parece señalar su biografía pública.




Daniel Faria

En el breve coloquio se trató de la biografía de Faria y sus distintos periodos de su formación religiosa en relación a su obra; y  de la relación de ésta con una tradición mística (San Juan, Santa Teresa, Valente), más hispana que portuguesa.

Por mi parte, me quedé  con ganas de preguntar por la ortografía y puntuación del primer libro: sin puntos y con mayúsculas inesperadas, ( al estilo de Emily Dickinson), y si alguien consideraba que la técnica poética de Faria echaba mano de la escritura automática: escribir en una especie de trance, limitarse a un "ejercicio de obediencia", reproduciendo el poema revelado.

Y me quedé también con ganas de decir que Daniel Faria me parece un poeta extraordinario, absolutamente "herido por la palabra", posiblemente el poeta más místico del final del siglo XX, con una obra hecha de palabras intemporales sin apenas referencias al mundo de hoy que es un extraordinario descubrimiento. Comparable para mi gusto con el Claudio Rodríguez inicial (por su misteriosa dimensión de la luz y la claridad y por la palabra poética como revelación), y a Joan Margarit, (poeta de la concisión y la precisión y de la palabra poética como bálsamo frente al dolor).




Me causa aflicción es mi poema preferido de Daniel Faria. Pertenece a Explicación de los árboles y otros animales, y lo dejo como final de esta entrada.

Me causa aflicción

Me causa aflicción todo lo que muere

Como me da pavor cada noche que cae.
¿Cómo he podido olvidar el camino hacia afuera?

Infeliz de mí que olvidé las sendas de la caza.
¿Comeré hierba? ¿Sol?  ¿Comeré estepas y estepas
Ardiendo?

Voy a ponerme a la mesa y esperar.

Me causa aflicción toda ausencia no anunciada
He encendido la luz por toda la casa y he electrificado la voz.
Ahora puedo ampliar el fulgor de los gritos.

Puedo abrir veredas en el fuego: conozco el ritmo de la mano exacta
Que hizo al pueblo atravesar en seco el interior de las aguas.

Voy a sentarme a la mesa. Voy a dejar que se enfríe la comida.
A hacerme la cuenta de que estoy esperando. 



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