miércoles, 22 de marzo de 2017

Rocío, ay, mi Rocío

En Rocío encontramos una de las joyas del repertorio de la canción española, uno de los títulos más  destacados de la edad de oro de la copla que transcurrió desde mediados de los años veinte hasta el inicio de la guerra civil española.

Compuesta en 1932 fue, al parecer, la primera colaboración entre el poeta y letrista Rafael de León y el músico Manuel López Quiroga. Fructífera colaboración que duró más de dos décadas, (en pareja o en trío junto con el dramaturgo Antonio Quintero), y que produjo más de 1000 obras.



Rafael de Leon (Wikipedia)

Rocío tuvo un gran éxito. Fue una de las canciones más populares, en ambos bandos,  de la guerra civil; si bien en alguna crónica se resalta que el bando republicano se apreciaba en la letra el drama del abandono  de Rocío, engañada por un señorito que, obviamente se asociaba al bando nacional.

Se alejó el mocito de la vera mía,
fue mentira todo lo que me juró
y mis ojos lloran tras la celosía
por aquel cariño que se marchitó.

En esos años iniciales destacan dos versiones: la muy flamenca con guitarra y voz solamente de Canalejas del Puerto, que suena naif y potentísima: brutal; y la elegante versión de Imperio Argentinacon acompañamiento de guitarras muy a la porteña, que puso al tema en el repertorio de copla y se convirtió en modelo de interpretación vocal. 


Las dos letras de Rocío

Rocío tiene dos letras. Las dos firmadas por Rafael de León. En una de ellas, en la segunda parte de la copla, Rocío se ve seducida y abandonada, y se barrunta cierta oscuridad en cuanto a su situación vital.

Se alejó el mocito de la vera mía,
fue mentira todo lo que me juró
y mis ojos lloran tras la celosía
por aquel cariño que se marchito.
Ayer por la tarde hablando en su oído
con otra del brazo le he visto pasar;
me ha vuelto la cara, no se ha conmovido,
pero estoy segura que me vio llorar…

Es la letra que oímos en las versiones de Canalejas del Puerto Real  y, la ya más moderna - pero también redonda y poderosa – de Rocío Jurado.

En la otra versión de la letra – que posiblemente coincide con la versión de Imperio Argentina - se conserva afortunadamente el  inmortal estribillo:



Imperio Argentina (Wikipedia)


Rocío  ¡ay mi Rocío!
ramillete de claveles…

La estrofa inicial cambia y en los primeros versos surge esa magnífica y más que típica estampa andaluza:

De Sevilla un patio "salpicao" de flores,
una fuente en medio con un surtidor,
rosas y claveles de todos colores,
que no los soñaba mejor ni un pintor...

En la segunda parte de la nueva letra, Rocío está “arrecogía” en un convento, a donde la condujo la seducción del malvado señorito.

Ahora es otro el patio "salpicao" de rosas,
patio de las monjas de la "Cariá",
donde hasta la fuente llora silenciosa,
la canción amarga de su soledad.
Regando las flores hay una monjita
que como ella tiene carita de flor,
y que se parece a aquella mocita,
que tras la cancela, le hablaba de amor.

Es la letra de las versiones de Imperio Argentina,  de la suelta y fácil interpretación de Carlos Cano y de la de Miguel Poveda, una de las últimas realizadas.


Rocío en La prima Angélica de Carlos Saura

En la década de los setenta Carlos Saura realizó tres películas seguidas: El jardín de las delicias (1970), La prima Angélica (1973) y Cría cuervos (1975) en las que se mostraban los efectos del pasado, con guerra civil incluida, en el presente combinando los aspectos sociológicos e históricos con la introspección individual de los protagonistas.

Las tres películas comparten un procedimiento  narrativo consistente en mantener la apariencia actual de un personaje en el pasado, técnica que tiene una importancia central para el desarrollo narrativo de La prima Angélica, en que prácticamente de forma continua José Luis López Vázquez pasaba de interpretar, de forma magistral, el niño que fue en la guerra civil y el adulto de los años setenta.





Desde el punto de vista musical en las tres películas hay una contraposición de las músicas del pasado con las del presente. En La prima Angélica el presente musical viene dado por una intranscendente canción dabadadá, Change it All de The Friends Band Co. y la copla que representa el pasado y sus recuerdos es Rocío, en la interpretación de Imperio Argentina que resulta una de las piedras angulares de la película.

Desde luego, lo merece pues es, digamos, una de las tres coplas más grandes. 

Rocío, ay, mi Rocío,
manojito de claveles
capullito florecío;
de pensar en tus quereres
voy a perder sentío.
Porque te quiero, mi vida,
como nadie te ha querido.
Rocío, ay, mi Rocío.

Y si fuera por el estribillo: la más grande, sin duda.

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