jueves, 28 de abril de 2016

Soneto de tus vísceras. Baldomero Fernández Moreno.

Baldomero Fernández Moreno es uno de los poetas argentinos más importantes de la primera mitad del siglo XX y, a lo largo de su trayectoria, se le considera sucesivamente el poeta del campo, el de la ciudad  y el del barrio. Tremendamente popular, con poemas como “Setenta balcones y ninguna flor” – hecho tango con música de Astor Piazzolla.


Baldomero Fernández Moreno. (en Wikipedia)

O este fantástico “Soneto de tus vísceras” con cierto gusto decadente, mezcla, según Gerardo Diego, de Baudelaire y Dalí, que canta a las vísceras del cuerpo vivo de la mujer amada, convirtiendo la anatomía en poesía.

SONETO DE TUS VÍSCERAS

Harto ya de alabar tu piel dorada,
tus externas y muchas perfecciones,
canto al jardín azul de tus pulmones
y a tu tráquea elegante y anillada.

Canto a tu masa intestinal rosada,
al bazo, al páncreas, a los epiplones,
al doble filtro gris de tus riñones
y a tu matriz profunda y renovada.

Canto al tuétano dulce de tus huesos,
a la linfa que embebe tus tejidos,
al acre olor orgánico que exhalas.

Quiero gastar tus vísceras a besos,
vivir dentro de ti con mis sentidos...
Yo soy un sapo negro con dos alas.

Baldomero Fernández Moreno.

(Buenos Aires - Argentina, 1886 – Idem, 1950)

miércoles, 27 de abril de 2016

Someday Never Comes. Credence Clearwater Revival.

El mayor defecto de las bandas de rock de final de los sesenta y principio de los setenta e que todas, (las grandes), duraron poco. Credence Clearwater Revival - o “la credence” o CCR como solíamos decir - acabó su vida en octubre de 1972, sólo cuatro años después de su creación, habiendo dejado tras de sí un importante número de éxitos y ventas millonarias.



CCR en 1968 (de Wikipedia)

Se despidieron con el irregular álbum Mardi Gras y nos vamos a detener en una de sus canciones que es seguro - ya lo verán – una de las canciones de nuestra vida, de la vida de todos y cada uno de nosotros.

Me refiero a Someday Never Comes o, en español, Algunos días nunca llegan. Parece que John Fogerty la compuso recordando las palabras que le había dicho su padre de pequeño al tratar de explicarle el divorcio con su madre.

-  Algún día, de mayor, comprenderás lo que ha pasado.

En ese momento, el mismo se estaba divorciando y tantos años después, ese era el día en el que aún no había comprendido nada. Y es que: “Algunos días nunca llegan”.



Así que piensen en sus propios deseos de cambio y fortuna; en las absurdidades de nuestra cotidianeidad - ¿llegará el día en que entienda la factura de la luz? - o en una de esas frases admirativas como, por ejemplo: "¡algún día no habrá guerra!".  Mejor, " ………...........… “ (rellenar los puntos). En fin.

La canción es sencilla, dolorida y diáfana sin el habitual muro del sonido “credence” de los discos iniciales. No acaba de ser muy eléctrica pero no es acústica. No abandona su aire conmovedor y no tiene coros. Es sólo el narrador.

"Algunos días nunca llegan". Así, a ratos, suele ser nuestra vida. Justo lo contrario son los días de la marmota que son, también, una pesadilla.


viernes, 15 de abril de 2016

Antuannnnnnn Griezman

Frases lapidarias 

Este Atlético tiene varios defectos, entre ellos la virtud de creer que ningún rival es inexpugnable

Juan Tallón, El País el 14 de abril de 2015

Hoy es día de esponjarse y de gozar después de pasar ayer a las semifinales de Champions. He escogido esta frase de El minuto idóneo de Juan Tallón, que es el artículo que más me ha gustado, de entre las crónicas que he leído del partido de anoche en el Calderón.


¡ Antuannnnnnn Griezman,  Antuannnnnnn Griezman,..., Antuannn Griiiiezmaaaan!

Partido a partido
y en el medio una alegría
para el camino.

Ahora a por la semifinal: "a ful", como decía Agüero, (fuere lo que fuera que significase). Así es la vida; y nunca dejar de creer.

jueves, 14 de abril de 2016

El tren expreso. (Fragmento).

El arte por la idea frente al arte por el arte, el uso de la naturalidad y el lenguaje común, la existencia de un argumento en el poema y su vinculación a las circunstancias y costumbres presentes en la sociedad contemporánea, constituyen los pilares en que fundaba su poética el gran poeta decimonónico Ramón de Campoamor


Emilio Sala. Retrato de Ramón de Campoamor

Todas estas características se encuentran en El tren expreso en el que éste se convierte, por encima de los dos personajes y su historia de amor, en el auténtico protagonista del texto. En todo caso, el poema exige lectura completa y atención a la sorprendente, triste y, finalmente, un poco tétrica historia de amor que incluye. 

La técnica y el progreso del tren con su movimiento y su velocidad constituyen el fondo sobre el que se desarrolla la acción; por lo que ya no estamos ante una abstracta e intemporal historia amorosa, sino ante  un episodio de amor en un tren, bajo el vértigo y el dinamismo desencadenados por ese elemento nuevo de la época que es la velocidad.

El tren expreso. (Fragmento)

            VII

Las cosas que miramos
se vuelven hacia atrás en el instante
que nosotros pasamos,
y conforme va el tren hacia adelante,
parecen que desandan lo que andamos; 
y a sus puestos volviéndose, huyen y huyen
en raudo movimiento
los postes de teléfono clavados
en fila a los costados del camino
y como gota a gota, fluyen, fluyen,
uno, dos, tres y cuatro y ciento,
y formando confuso y ceniciento
el humo con la luz de un remolino,
no distinguen los ojos deslumbrados
si aquello es sueño, tromba o torbellino.

            VIII

¡Oh, mil veces bendita
la inmensa fuerza de la mente humana,
que así el ramblizo como el monte allana,
y al mundo echando su nivel, lo mismo
los picos de las rocas decapita,
que levanta la tierra,
formando un terraplén sobre un abismo
que llena con pedazos de una sierra!
Dignas son, ¡vive Dios!, estas hazañas, 
no conocidas antes,
del poderoso anhelo
de los grandes gigantes
que, en su ambición para escalar el cielo,
un tiempo amontonaron las montañas!
...
(Del Canto Segundo: El día)

Ramón de Campoamor





A Good Thing. Saint Etienne.

Veo el sábado pasado Julieta de Almodovar, después de haber leído el día anterior la fundamentada aunque airada, (o quizás, ¿vitriólica?),  crítica de Carlos Boyero en El País y de ver por televisión, esa misma noche del viernes, Volver, en homenaje a la genial y llorada Chus Lampreave, recientemente fallecida.

Bastante de acuerdo con Boyero en el sentido de que no me creo los personajes ni en su definición, ni en sus circunstancias y comportamientos; y las frasecitas que sueltan – lo del festival de música de Fez es la bomba – me sobrepasan y no digamos lo del ciervo, que me acaba pareciendo tan kisch como los cuadros de idems, lago y arbolillos de salón comedor de Cuéntame.


En los últimos quince minutos la película comienza a interesarme, porque empieza a tener una chicha inesperada – que no se deduce, en absoluto del desarrollo anterior - y me interesa, como no, la tragedia que se plantea; pero sé que el film  va a acabar y llego a la conclusión de que he perdido una hora y pico de tiempo.

El lunes, en el mismo periódico, salió – como un “caballo blanco” en la OPAS o un “salvar al soldado Pedro" – otra crítica, esta vez laudatoria, de Vicente Molina Foix - que no comparto - en la que se afirma que Julieta es un guion magistral sobre la pérdida y el dolor en general, y de la mujeres en particular, y el ¡¡mejor de Almodóvar!!; por lo que  se supone que deberíamos elevar la peana en la que está ya instalado el cineasta manchego.




Queda de esta crítica la estupenda definición, en un término acuñado por Molina Foix,  del almodrama o “variante original y mestiza de los melodramas mayores de Hollywood,…, formada de quiebros tonales, registros contrapuestos y brotes de humorismo salvaje, todo ello acompañado por un concertante de boleros, coplas, chanson francesa y piezas de la música pop más impertinente y desbocada”. Definición que nos gusta y se ajusta a las películas que más nos gustan: Mujeres al borde de un ataque de nervios, Qué he hecho yo por merecer todo esto, La flor de mi secreto, Volver…


En ella se indica la presencia de la música pop más impertinente y desbocada. Y aquí quería yo llegar porque todo lo anterior es una excusa para llamar la atención y traer aquí A Good Thing, la canción que, en Volver, bailan los del cine en la terraza del bar de Raimunda, del grupo indie Saint Etienne que es sumamente electrónica, desbocada y pegadiza. A mi me parece una joya que espero que les guste.

domingo, 3 de abril de 2016

Partituras nuevas

Cada trimestre en las agrupaciones de instrumentos y en las bandas de las escuelas de música aparecen nuevas partituras de temas que se tienen que aprender, practicar y, finalmente, interpretar en publico en los tres meses siguientes.

La elección corresponde al director que las reparte, a cada cual y su instrumento, el primer día. Y ahí está el primer gozo. O no. Depende de los gustos de cada cual. Este año hemos tenido un segundo semestre con música de películas del oeste: El árbol del ahorcado, Laramie Junction, Laredo...etc., que estuvo bien pero las del tercer trimestre prometen más. Son, por el momento, tres estandars americanos inmortales; flor y nata del género. A saber, nada menos que Summertime, My Way y New York, New York, de momento.



Las primeras sesiones son de "lectura" de las partituras: ritmo, efectos y anotaciones en las partituras. Según mi profesor, yo - modesto intérprete de tuba que intento ser - "edito" las partituras y se refiere a que acabo escribiendo en cada nota la posición de los dedos en los pistones. Lo que demuestra mi desaprovechamiento de las clases de lenguaje musical y que practico poco. Eso sí, pongo muy buena intención.

Para quienes tocamos instrumentos de acompañamiento, es bastante duro, y frustrante a veces, no tener claro cómo contribuimos a un tema que se suele definir por la melodía que, siempre, tocan otros. Y ahí, hay que acordarse de las palabras de mi maestro J, que nos tiene dicho que somos el telón y el decorado del escenario: "¿Y cómo va a hacerse una obra sin telón y sin decorado por detrás?". O, mejor, viniendo de un valenciano: "Sois el caldo del arroz. Ya puede haber cigalas que sin un buen caldo no hay un buen arroz".



The Tilbury Railwaymens' Band, 1919. (De wikipedia)

Y eso dicho, uno le da al chin-pun, chin-pun con más fe y alegría. Y poco a poco, semana a semana, todo va sonando mejor entre todos. 

Cada uno en su sitio y todos a la vez. Es el secreto y el encanto de las bandas.