martes, 27 de enero de 2015

Soledad Miranda. Pelucón.

En este 2015 vamos a centrarnos, en un ejercicio de arqueología recreativa, en las Chicas Ye-Ye. Arqueología nostálgica y un cierto ejercicio de: ¿qué habría sido … si? Porque hubo buenos mimbres y uno se pregunta, si hubiera habido una industria musical más potente y un mayor nivel de consumo, adónde habría llegado el pop español que nacía allá por 1960, más o menos . Pero dejémonos de filosofías y vayamos al turrón. Empezamos con Pelucón de Soledad Miranda.

Soledad Miranda es más conocida, sobre todo fuera de España, por su faceta de actriz. Es, de hecho, una imagen de culto dentro del cine de terror internacional… hecho en España. (Ver la web www.soledadmiranda.com). Su corta carrera musical propiamente dicha, con grabación de discos, fue sólo un paréntesis. 


En su primer EP de 1964 había tres versiones de temas foráneos y sólo una canción original, la divertida Pelucón, de la que se comenta en lafonoteca.net, lo siguiente:

“Pelucón” es el arquetipo de las piezas ye yé de la primera hornada con mucho ritmo en tiempo de twist, solo de saxo, coro masculino en plan maromo berreante y cuitas ilimitadas entre una chica atacada por su peinado que se defiende de su agresor con uñas, dientes e invitándole a mejorar su aseo personal.

La canción tiene chispa, es muy resultona, los coros no son tan berreantes y se juega en la letra con la comparación y choque entre las “despeinadas” de la canción de igual título, con el pelo tipo media melena liso o pelucón de los primeros ye-yes, apareciendo en el estribillo, también parte de la melodía de la famosa canción Despeinada.

Tras este disco grabó únicamente otro EP el año siguiente, esta vez sólo con versiones. Destacaría en él  la canción No lo quiero,  (versión de I Can Have her de Roy Hamilton), sobre todo por los bailes con el que han montado el vídeo de Youtube.


Cartel de Vampyros Lesbos (En Wikipedia)

En 1969 retoma su carrera cinematográfica de la mano del director Jesús  -Jess- Franco con la que comenzó a rodar las que hoy son míticas películas de terror realizadas en España, con títulos como “El Conde Drácula”, “Eugenie de Sade”, “Vampyros Lesbos” o “El Diablo Vino de Akasawa”; con versión doble, una recatada para España y otra más erótica para el exterior. En estas últimas aparecía en los créditos como Susan Korda, y es la que ha llevó a Soledad Miranda a convertirse en una leyenda como pionera mundial del sexo terrorífico.

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