jueves, 26 de junio de 2014

Comedor y cocinero

Si me siguen de vez en cuando, no será raro que se encuentren con alguna entrada comentando “cosas” de la justicia española. Hoy nos hemos desayunado en El País con una noticia con el titular “Queda inaugurado este comedor”, que nos cuenta como tras trece (han oído bien, trece), años de lucha, 205 empleados de la empresa Makro dispondrán de comedor y cocinero gracias a un decreto franquista.



El decreto de 1938 obligaba a tener comedor y cocinero en todas las empresas de más de 50 trabajadores que no otorguen a los trabajadores dos horas para comer. Después del largo recorrido judicial (13 años, recuerdo otra vez) en que el caso ha pasado – supongo, como pasa con una buena parte de los pleitos en España - por todos los juzgados sociales, superiores, supremos, etc., la sentencia definitiva indica que debe aplicarse el decreto a los trabajadores de Makro porque “los comedores laborales no vienen regulados en norma legal alguna, tratándose de materia que se sujeta a sistema de negociación colectiva”. El auto de 2014 obliga a contar con un cocinero, habilitar un salón con “tantas sillas como trabajadores tengan derecho a su uso" y proveer de menaje de cocina y suficientes microondas.

Lo curioso del caso y que provoca - al menos para este buzo - gran perplejidad, es que para idéntico caso en 2008, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, revocó una sentencia en el mismo sentido de un juzgado de lo Social de Barcelona, al considerar que el decreto de 1938 era “un decreto de guerra” que no podía aplicarse “en una situación de paz y democracia” porque “además rezuma una actitud paternalista por parte de quien lo impone”, dejando de esta forma sin comedor a 170 trabajadores de una empresa constructora de nombre Comsa.



Así que ya ven, estamos en manos de tribunales que, a veces, dicen que hay que cumplir las leyes existentes; otras, se ponen en un "depende" del cuándo y del cómo se hicieron las leyes y a ver que “rezuman”, y posiblemente otras muchas a interpretar vaya usted a saber que sinfonías jurídicas, con lo cual al súbdito lo que le toca en su trato con los tribunales es poco menos que jugar a la lotería.

Y lo anterior no se puede achacar a la falta de medios, sino, posiblemente,  a que tenemos un derecho desastroso y por eso la justicia es tan mala. Tal y como nos atrevimos a comentar en la entrada de este blog “Dos lecturas” en enero de 2013, en que nos hacíamos eco de un artículo escrito por José María Ruíz Soroa.

martes, 24 de junio de 2014

Le sacarán cantares

Cuando en el cuartel de bomberos se recibió el aviso: “Persona atrapada en una vulva de piedra” y lo pregonó el cabo de guardia para poner en marcha el rescate, el oficial de guardia meneó la cabeza y pensó del cabo: “¡Pobre Hans, ha vuelto a beber!”.  Pero Hans no había vuelto a beber y allá que se fueron.


Escultura del artista peruano Fernando de la Jara
en Tubinga de donde rescataron al estudiante americano

No se puede negar que los bomberos de Tubinga  - 22 efectivos - tuvieron que emplearse a fondo para rescatar y sacar las piernas del estudiante americano de la ranura de la vulva de piedra. “Nunca nos habíamos visto en nada igual”, declaró un bombero veterano.

Yo no sé lo que va a pasar, pongamos en Winsconsin, cuando vuelva el infante, pero si fuera de por aquí, cuando vuelva a su pueblo le sacarán cantares. 


NotaCantares (sacar): Se dice que a alguien le van a sacar cantares, cuando se aparta de la norma. También se utiliza en el sentido literal para comentar un suceso en tono de burla y en verso. “Te van a sacar cantares si sales con ese sombrero de paja”.
(Tomado de http://cuentoquenoescuento.blogspot.com.es)

lunes, 23 de junio de 2014

Olímpico Rugby 50º Aniversario. Los infantiles de 2000 (2)

La semana pasada contábamos los inicios de los infantiles de 2000 del Olímpico. En esta segunda entrega, se relatan algunos recuerdos de esos días y de esos primeros partidos.

Solíamos quedar en el aparcamiento del Polideportivo Carlos Ruiz y desde allí íbamos a Alcalá (unos 40 Km), a la Autónoma en Cantoblanco, a Las Rozas, a Majadahonda o donde tocase. Y recuerdo una “perdida” individual apoteósica – eran tiempos sin gepeeses, tomtomes o similares. Cien mil vueltas por Getafe, en que todo se llamaba Juan de la Cierva; buscábamos el polideportivo de ese nombre pero no había forma. Eso sí, pasamos por la calle Juan de la Cierva, el Instituto Juan de la Cierva, etc.: una pesadilla hasta que al final, llegamos.


Un placaje contra el Alcalá

Poco a poco el equipo iba tomando cuerpo. A Rodrigo le pusieron el 5 a la espalda y ya fue todo el tiempo el segundo apertura en la línea del equipo, con “Chinche” de medio melé y Jorge Bermejo de apertura que cuando le salía el partido, lo bordaba.  Recuerdo en la delantera al “Chino” que tenía mucho nervio, chillaba, protestaba  y se acababa metiendo en todos los “fregaos”. Hugo ni hablaba ni protestaba pero llegaba a los “fregaos” antes que el “Chino”. Y estaba Lalo que con su gran envergadura era un tanque cerca de la línea de ensayo. Lo recuerdo con dos o tres contrarios colgados de él a los que iba arrastrando hasta que llegaba y ensayaba.

Fríos y calores. Un sábado de invierno se jugaba en Orcasitas muy pronto por la mañana.  Hacía tanto frío que el árbitro retrasó el inicio una hora y mandó a los jugadores que corrieran por el campo a ver si lo ablandaban porque estaba helado. Y el resto de gente, todos metidos en el bar tomando tazas de caldo hirviendo.

Alegrías y tristezas. Jugábamos en Las Rozas un torneo del Ayuntamiento. Sábado por la tarde y el equipo llegó –como casi siempre – con 12  o 13. Jugábamos contra el Industriales que tenía los 15 y 15 más en el banquillo. El entrenador del Industriales vio el panorama e hizo jugar a tres de los suyos en el Olímpico. Y al acabar la primera parte cambió a todo su equipo. Ese día fue cuando me di cuenta de que el rugby era algo más que otros deportes: era otra cosa y que valía la pena. No dejé desde entonces a animar a Rodrigo para que nunca dejara el rugby.


Atento el medio melé

También a este equipo de infantiles del Olímpico le alargaron un partido contra La Moraleja en Alcobendas. Ganábamos a falta de 5 minutos y al árbitro le dio por alargar el partido hasta que La Moraleja marcó ensayo y ganó el partido. Debió pasar, también, que el árbitro estaba disfrutando con el buen juego de los equipos.

Recuerdo la vuelta de los partidos. Eufóricos y cantando si habían ganado; y si habían perdido siempre había algo bueno, “¡Chaval, menudo placaje que le hice al ocho” o comentarios semejantes. También hubo días malos. Cuando Brualla cayó mal en el patatal que era el campo del Parque Sindical en que se rompió la cadera, o cuando se lesiono Lalo en el campo  de Majadahonda que pareció  sólo una mala pisada y luego fue más grave.

La primera fase de formación de este equipo culminó con su participación en el Campeonato nacional de infantiles en León


El equipo en el Campeonato de León

Después la cosa siguió con nuevas incorporaciones: Alejo, bravo delantero, fortísimo con muy buena visión de la jugada y “Coque”, fino zaguero, ambos procedentes del colegio San Luis de los Franceses; Alejandro Solá y Víctor “Pincho”, amigos de infancia y de barrio de Rodrigo, “Kupa” y alguno más. Con entrenadores nuevos: Julio Bermejo, “Pelos”  (para delantera) y “Viti” (para la línea).

El paso a cadetes y una nueva etapa. Ya más mayores y empezaron a volar por su cuenta en autobuses y trenes. Un equipo más hecho, con garra y envergadura  y que se hacía respetar. 
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lunes, 16 de junio de 2014

¡Lo que tendrá la copla!

Idolatrada por unos pocos, denostada por otros e ignorada por la gran mayoría, la copla nos continúa sorprendiendo, y más cuando vemos la influencia que ha tenido en la formación de algunos de nuestros mejores músicos actuales.

Hace quince días, volviendo a casa desde la Feria del Libro, escuchaba el magnífico
programa de Radio Nacional que es Siluetas en el que entrevistaban en profundidad – eso es el programa Siluetas - al cantante Eliseo Parra que es, además de un gran percusionista, el mejor intérprete actual de música folk de España.



Eliseo Parra

Contaba Eliseo en la entrevista como fueron los inicios de su vocación musical, primero en su Sardón de Duero natal y, más tarde, en Valladolid a donde se fue a vivir con su familia. Adoraba el baile y cuando le preguntaban que qué quería ser de mayor, no lo sabía, pero estaba todo el día cantando. Y ¿qué escuchaba y cantaba?: copla, escuchaba y cantaba copla.

Relató como, de pequeño, cuando no aparecía por el pueblo y su familia quería que volviese ponían en el pick-up a todo volumen una canción y él volvía raudo y se echaba un baile con ella. La copla era El cabrerillo de la cantante Gloria Romero. Muy desconocida la copla y casi tanto la cantante, folklórica tardía que tras algún éxito incipiente, en los años cincuenta y los sesenta que se retiró muy pronto.


Después Eliseo Parra mencionó a Marifé de Triana, (“Cantaba mucho canciones de Marifé de Triana”, decía en la entrevista), que fue la última gran cantante folklórica, que seguía y completaba la estela de las clásicas Concha Piquer y Juana Reina. Tenía unas dotes extraordinarias y una voz clara y potente, dominadora de todas las situaciones líricas y con un gran dramatismo en su interpretación, por lo que se la conocía como "La actriz de la copla".



Yo no sé cuáles de las muchas coplas de Marifé de Triana cantaría Eliseo Parra pero si yo tuviese que elegir una, (que no fuera María de la O que ya trajimos en su día a este blog), sería Te he de querer mientras viva, de León y Quiroga de 1960: melodrámática y desgarrada, la esencia de un género; sensacional. Lo mejor es ponerla en dos versiones, la del disco original que es la que tanto oíamos en la radio en los sesenta y otra en directo, en la que poder apreciar la vis dramática de la cantante sevillana.



¡Lo que tendrá la copla! Al igual que otros grandes cantantes españoles, como Juan Manuel Serrat o Joaquín Sabina, Eliseo Parra echó los dientes oyendo copla.
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domingo, 15 de junio de 2014

Olímpico Rugby 50º Aniversario. Los infantiles de 2000 (1)

En una calurosa tarde de viernes de finales de septiembre de 1999, dos hombres observaban a un grupo de chicos – entre los que estaban sus hijos -  que alegres y sudorosos se empujaban unos a otros, se tiraban en colchonetas, hacían flexiones…, en fin, entrenaban. Todo ello en el campo de deportes, más bien un espacio lateral, a lado del Instituto Gerardo Diego cercano a la estación, con la carretera a un lado, a donde sin duda se escaparía con frecuencia el balón; y al otro lado, detrás de la valla, el arroyo de Pozuelo, con poca agua, pútrido y maloliente al cual, también con frecuencia se caería el balón y vaya uno a saber cómo saldría de él. Además había algunos coches aparcados entre medias que había que esquivar.



La seña de identidad: el Alfa del Olímpico Rugby Pozuelo

Enseguida Pepe, (padre de Walter), y yo, (padre de Rodrigo), entablamos conversación con otros padres, más desenvueltos que parecían entender y disfrutar bastante. En un momento dado, dije “Ya, esto es un entrenamiento; pero… ¿dónde está el campo dónde juegan?”. Me contestó con naturalidad “¡Ah, el campo!, sí, el campo está en la Universidad Autónoma”. En ese momento Pepe y yo nos miramos con la cara a cuadros como preguntándonos: “¿Dónde estamos metiendo a nuestros hijos?”.

De vuelta a casa, en el coche, Rodrigo, emocionado, no paraba de contarme  lo que era un placaje, la touche, la melé…  Iba entusiasmado. “Estamos apañados, pensé”.
Así entró el rugby y el Olímpico en nuestras vidas.

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Todo había empezado algunas semanas antes, cuando Ángel de la Cuerda convenció a mi hijo Rodrigo y a Walter, compañeros del colegio en el San Luis de los Franceses para que se unieran al nuevo equipo de rugby que se estaba formando.  Ángel era hijo de un antiguo jugador – “Burrul” - del Olímpico en el que, por esas fechas, hubo un hueco de dos-tres años sin alevines e infantiles y entonces, a toque de rebato, se comenzó a formar un nuevo equipo.

Así que allí, de este modo, llegaron “Chinche” y Jorge Bermejo, también hijos de antiguos jugadores, a los que se unieron alumnos del Instituto en el que gracias al gran Jorge Romero, su profesor de gimnasia y también ex jugador del Olímpico, se tenía que jugar al rugby sí o sí.




Los primeros saques de lateral

Así fue quedando configurada una banda inicial, que acabaría siendo un equipo que muy pocas veces llegaba a completar los 15 reglamentarios, entre los que estaban, (perdón si no los recuerdo a todos):  Álvaro Lozano “Lozi”, Hugo, Rodolfo “Chino”, Javier Ramos (más adelante “Búfalo”), Juan Brualla, Usandizaga “Usan” y Lalo. Detrás (o delante) de todo estaba el ideólogo y alma del nuevo equipo, que entrenó personalmente más de un año, Jorge Romero.

Y los padres nos convertimos en hinchas y chóferes del nuevo equipo de infantiles del Olímpico. Además durante dos (¿o fueron tres?) años – de muy grato recuerdo, no tuvimos que rompernos la cabeza para saber qué íbamos a hacer los sábados por la mañana.

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sábado, 14 de junio de 2014

No tropezar con los muebles

Frases para la historia


Para ser actor hacen falta dos cosas: aprenderse el papel y no tropezar con los muebles 

Frase de Spencer Tracy citada por Ignacio Camacho en su columna de ABC el 11 de junio de 2014

Fue leer la frase de Spencer Tracy y pensar: "Esta frase es un filón. Verás que poco tiempo pasa para que le vaya al pelo a alguna noticia". Y así ha sido. Al día siguiente nos encontramos, también en ABC, el titular: "El Tribunal de Cuentas cree que hay demasiados profesores universitarios". 

Y es que el Tribunal de Cuentas es, en la esfera pública, un personaje en busca de autor, ya que lo que hace es inane - es meramente consultivo - y tardón. Suele aparecer en los medios, mayormente, por líos internos, (el último ha sido la asombrosa proliferación en su plantilla de primos, hermanos, cuñados y demás familia). Parece que no se sabe el papel.

Además los únicos resultados que obtienen sus enésimos informes de fiscalización de organismos, (o sea, comprobar el sometimiento de la actividad económico-financiera a los principios de legalidad, eficiencia y economía), son titulares jugosos acerca de lo que no es su función. Tropieza con los muebles. Si el Tribunal de Cuentas alerta sobre que hay muchos profesores en las universidades o, un suponer, pocos policías en las calles de Madrid, está dando sólo una opinión. Como la mía o como la del primo Eladio.

Y ya se sabe que las opiniones son como los culos: todo el mundo tiene uno. Lo decía Clint Eastwood.


martes, 10 de junio de 2014

Cruzando Atocha. La Romántica Banda Local

Yo recuerdo mucho la Glorieta de Atocha de los años setenta y principios de los ochenta. Era un paisaje más duro que el actual. En ella acababa bruscamente el centro de Madrid y en las distintas calles que a ella llegaban, lo hacían también los autobuses y camionetas de los barrios y de los extrarradios.

El turismo era algo exótico y el actual Museo de Arte Reina Sofía era un hospital en ruinas.  Aún no se había maquillado el Paseo del Prado con museos nuevos ni centros culturales. El Prado mismo era algo para excéntricos, añejo y oscuro con conserjes vestidos con gastadas levitas azules y gorras de plato. El inicio de la avenida Ciudad de Barcelona era inhóspito con las vías de la estación asomando al paisaje y casi un descampado hasta casi llegar al cruce con Menéndez y Pelayo; y hacia la avenida del Mediterráneo lo que destacaba eran los cuarteles a dónde se iba a enseñar y que te sellaran la cartilla militar, (“la blanca”), cuando volvías de la mili.


Y estaba el scalectric que trataba de deglutir el tráfico de coches que ya atascaba el centro todos los días. Y ahí estaba todo Madrid cruzando Atocha,  los coches por arriba y por abajo, el personal, cada uno a su afán; con prisas tratando de llegar a casa después de trabajar o estudiar o yendo a acompañar a la parada del bus a la chica que tenía que coger el sesenta para llegar a casa a las diez y media. Con todos aquellos bares de la época, con mucha formica y olor a fritanga de calamares, de los que sólo parece haberse salvado El Brillante.

Del fin de esa época es la canción Cruzando Atocha de aquel grupo excéntrico e indescriptible, La Romántica Banda Local, que floreció sólo unos meses en el panorama musical español dejando buen sabor de boca, ironía y ternura a una sociedad que, necesitando lo anterior, prefería otros sonidos y sensibilidades.


Voy cruzando Atocha
Sobre los puentes hay que reducir
Es peligroso caerse desde aquí

Cruzar Atocha en moto por el scalectric pensando en la amada tiene riesgos pero hace volar la imaginación

Recorrer el suelo como si fuera
En un pequeño avión
Sobre dos ruedas
Me parece que empiezo a volar
Y a veces pienso
Que de volar
Volemos de una vez.


Portada del primer LP de La Romántica Banda Local

Y al final la realidad se va imponiendo y ahí están el humo del autobús y el ruido de los tubos de escape... y el deseo.

Tal vez tus padres
Te dejen volver más tarde hoy

El duro Madrid de la Glorieta de Atocha de aquellos años.

miércoles, 4 de junio de 2014

El milagro chino

Es secreto de los chinos el que tengan a menos de 5 euros cargadores de todos los móviles del mercado.

El milagro chino es que sigamos yendo a ellos después de comprar un cargador de móvil en semana santa y que se haya estropeado ya.

martes, 3 de junio de 2014

Estadísticas

Los periódicos de hoy – al lado de los comentarios y glosas de la noticia de ayer de la abdicación del rey de España – nos traen las buenas nuevas – ¡albricias! – de la reducción, en el mes de mayo, de la cifra del paro registrado en 111.916 y del aumento de los cotizantes de la Seguridad Social: 198.320 más.


De El País. Fuente Mº de Empleo y Seguridad Social

En la calle, la gente se lo toma con filosofía y más con el confuso mezclar del desempleo registrado y el desempleo procedente de la EPA ;y se oyen comentarios como:

- “Cuatro millones y medio de parados. ¡Ha desaparecido un millón en un plis-plas!”, comenta uno.
- “Yo es que no entiendo nada…”, contesta el otro; y después de un silencio valorativo dice el primero.
- “¡¡Ah, la estadística!!”

Y a uno le viene a la cabeza el poema Examen de estadística del profesor de matemáticas José del Río Sánchez, publicada en poesía y ciencia en febrero de 2012.

¿Qué es la Estadística?
Es una ciencia fotográfica y adivinatoria
que procede en primera instancia
como una película,
donde graban sus números
la realidad y la apariencia.
Cruza después al otro lado
para vaticinar el éxito
o embalsamar la ruina,
pues el oráculo de sus campanas
siempre se puede modular
eligiendo los prismáticos adecuados.

¿Para qué sirven las estadísticas?
Para generar hambres y vender tapaderas,
para dictar la norma
e imponer su razón.
Con ellas se averigua cómo y cuando
llamar a la oración y al voto,
a la guerra y a la trashumancia,
a la risa y al tributo.
Ni las ovejas negras
pueden huir de sus dominios.

El poema recoge sabiamente, las intuiciones y sospechas que nos asaltan respecto de las estadísticas, de su abundancia interesada y de los intérpretes, voceros y manipuladores de las mismas.

Con todo, no menospreciemos la estadística. Con ser cierto y claro que en ella se graban la realidad y la apariencia, que el oráculo de sus campanas se puede modular eligiendo los prismáticos adecuados y que ni las ovejas negras pueden huir de sus dominios; es lo único que nos permite medir una buena parte de la realidad que nos rodea.