miércoles, 30 de abril de 2014

Raíz cuadrada. Boris Vian



Hace cierto tiempo encontré en internet esta Raíz cuadrada que me sedujo de forma instantánea, (ver Nota) . En ella se resume la biografía de su autor, Boris Vian, del modo siguiente:

Boris Vian (1920-1059) fue un genio poliédrico; escritor anticonformista, poeta, inventor de palabras, comediógrafo, jazzista, cantante y autor de canciones, traductor, crítico, inventor e ingeniero. Su obra maestra literaria fue la novela La espuma de los días, originalísima y surreal. Fue también el autor de la espléndida canción antimilitarista El desertor, (escrita en 1954, inmediatamente después de la guerra de Francia en Indochina), y miembro del Colegio de Patafísica. (Leer más en La alegría de las musas)

                                                                                                           Enlace a  poesía y ciencia

martes, 29 de abril de 2014

¿Está cambiando la justicia?

¿Ya no es lenta la justicia? ¿Está cambiando la justicia en España? Eso parece a tenor de un caso que se ha dado a conocer. El delito se cometió el 22 de octubre del año pasado y, ahora a finales de abril, sin que hayan pasado ni seis meses, se encuentra instruido, con el juicio realizado y dictada la sentencia. La Audiencia imputó al acusado tres delitos de amenaza, tres de secuestro, uno de allanamiento de morada y otro de tenencia ilícita de armas. La condena ha sido de  22 años.
Se trata del pobre trastornado vestido de sacerdote – con problemas psiquiátricos y bastantes antecedentes - que entró a la casa deBárcenas vestido de sacerdote con una pistola de baratillo. El semisecuestro se deshizo al poco ya que ni siquiera fue capaz de atarlos bien. En cuanto al arma era un revólver, posiblemente de antes de la Guerra Civil, llevaba munición de fogueo.
Pensemos en un turno de oficio, en un caso incómodo y la posibilidad de apreciaciones diversas – recogidas en la sentencia - tales como una conducta "personal y materialmente pluriofensiva al afectar subjetivamente a tres personas que fueron víctimas de los hechos enjuiciados” y “la afectación de diversos bienes jurídicos: la inviolabilidad domiciliaria e intimidad familiar de los titulares y moradores de la familia, la libertad ambulatoria, la libertad y seguridad personal y la integridad física de las víctimas, así como la seguridad general o comunitaria que, a través de la regulación de la posesión de armas por parte de particulares, se trata de preservar”.
Lo dicho, la condena ha sido de  22 años. Lo que no está nada mal teniendo en cuenta que al imputado principal por el asesinato de Marta del Castillo le penaron a veintiún años y tres meses y que los casos más mediáticos que nos rodean - entre ellos el juicio a Bárcenas - llevan ya más de tres años de instrucción
¿Exito de la justicia o lanzada a enemigo muerto? Volvemos a recordar aquella escena de la película en que Manolo Morán, apeándose del tren en Atocha al escuchar un fuerte bufido del tren acompañado de humo, se daba la vuelta y le decía a la locomotora: “¡Esos humos, en Despeñaperros!".

lunes, 28 de abril de 2014

Hilo de seda. Alfonso Saínz

Después de ser uno de los grupos pioneros del pop rock español y de haber sacado un buen puñado de discos sencillos desde 1961, Los Pekenikes entraron en 1966 en su época de oro. En efecto, asentados en la casa Hispavox y bajo la sabia producción de Rafael Trabuchelli, pusieron en el mercado su primer LP, de mismo título que el nombre del grupo, en el que sólo había música instrumental. El motivo, en un grupo que acostumbró desde sus inicios a mezclar temas vocales e instrumentales, era sencillamente que se habían quedado sin vocalista y, comercialmente, había urgencia de sacar el disco ante la competencia que venía de Los Brincos.


En ese momento surgió el milagro de unas composiciones magistrales, imaginativas y frescas, que sobrepasaban la imitación del rock foráneo y las versiones, para introducirse en una singular y original senda que triunfó rápidamente tanto en España como, aunque en menor medida, en el extranjero.

A pocos días de su fallecimiento conviene recordar y recalcar que Alfonso Saínz Amorós fue el alma de esos Pekenikes, ya que fue el compositor de la mayoría de ese puñado de canciones inolvidables que dejó el grupo. Así, son composiciones suyas Tiempo y ritmo Hilo de seda, Lady Pepa, Frente a Palacio, Troncos huecos, Arena caliente  y Cerca de las estrellas; y fue coautor, entre otras, de Embustero y bailarín y de Frente a palacio.


Alfonso Sáinz, sentado en el centro, con Los Pekenikes 
(De Tony Luz en EL País)

Hoy en El País, Diego A. Manrique ha publicado un artículo In memoriam de Alfonso Saínz (Ver nota) en que hace notar como se manifiesta en Los Pekenikes el dilema eterno en que ha vivido – y vive – el rock español desde sus orígenes hasta hoy: entre el deseo instintivo de reproducir fielmente los hallazgos anglosajones y el impulso de buscar una personalidad original tras explorar las formas autóctonas. No era difícil dejarse llevar por la fácil imitación porque al fin y al cabo, como dice Manrique“Para los grupos, la consigna era grabar éxitos foráneos: “si ha funcionado fuera, tendrá que funcionar aquí”. El eclecticismo de Los Pekenikes les fue ganando margen de libertad.” 

Sigue, a continuación, contando cómo Hispavox cambió de estrategia con Los Pekenikes, como Trabuchelli dirigió hábilmente esa etapa de madurez del grupo con la confirmación de Alfonso Saínz como gran compositor. Y describe así su música:

Un salto sideral. Facturaban grabaciones de alto nivel: se multiplicaban metales y teclados, flauta y trompeta adquirieron protagonismo, entraron instrumentos acústicos, las voces quedaban reducidas a pinceladas, a veces sumaban orquestaciones. Musicalmente, habían roto los corsés: se trata de luminosa música pop, a veces con ecos de partituras clásicas, una música generalmente cálida y melódica. Lo testimonian éxitos como Hilo de seda, Lady Pepa, Cerca de las estrellas, Frente a palacio o Arena Caliente.

Pero en aquella época el negocio musical no era tan claro como ahora y muchos de los músicos más válidos tenían otros planes y otras  perspectivas vitales. Alfonso Saínz, de modo asombroso, había simultaneado ese periodo mágico de Los Pekenikes que fue de 1966 a 1968,  con sus estudios de medicina, por lo que poco después decidió dejar profesionalmente la música y se fue ejercer la medicina a Estados Unidos, abandonando prácticamente – salvo regresos intermitentes a la música en los años setenta y ochenta, generalmente con canciones de tipo romántico – su carrera musical.


Al buzo le fascinan Los Pekenikes y conocidas las circunstancias del abandono de Alfonso Saínz en la cima del éxito del grupo, le intriga pensar dónde podrían haber llegado como grupo y  cómo podría haber derivado su estilo musical. Viéndolo en términos de evolución biológica es como si estuviéramos ante una especie animal de buena calidad y condiciones que, de forma no muy comprensible, se extingue mientras otras especies colindantes, no mejores precisamente, habrían sobrevivido, (lo que le lleva a comprender de modo empírico que en la evolución, no sobreviven los mejores, sino, digamos, los mejor adaptados).

Aunque no es fácil elección, yo me quedaría con dos canciones de Los Pekenikes  compuestas por Alfonso SaínzHilo de seda y Cerca de las estrellas. En Hilo de seda está el sonido, la elegancia, la contención y el espíritu de ese 1966; una combinación de una melodía sutil con la trompeta en sordina - tocada por el propio Alfonso Saínz - , un ritmo llevado magníficamente por un contrabajo muy acentuado y unos trozos corales cortos y sugerentes. Eterna.


En Cerca de las estrellas arriesgan más. Hay sonidos de instrumentos electrónicos nuevos, una voz nasal y arrastrada del batería (David Arribas imitando en el físico descaradamente a John Lennon), un solo de guitarra espléndido, que parece mentira que se hiciera en España en 1968 y el primer aire psicodélico en el pop español. Es eterna, también.

Notas

1. Han surgido algunas voces reprochando al grupo PRISA, y en especial a Diego A. Manrique su tardanza en reaccionar ante la muerte de Alfonso Saínz. Ver:   https://elmundano.wordpress.com/2014/04/18/alborotados-adios-a-alfonso-sainz/

2. Información detallada sobre Los Pekenikes, su historia, componentes y grabaciones puede obtenerse en la página web La Fonoteca. Resulta muy interesante la página web http://alfonsosainzmusic.com/. En ella se encuentra una interesante autobiografía de los años de infancia de Alfonso Saínz Amorós.
  

jueves, 24 de abril de 2014

Sin calles


Frases para la historia


No hay calles para tanto muerto ilustre

Titular de noticia en El País el 21 de abril de 2014

Vuelve uno casi santo de la Semana Santa zamorana y se topa con este titular que, inevitablemente,  le lleva a leer con fruición la noticia. Lo que, digámoslo en un aparte, le lleva también a considerar que posiblemente no haya nada mejor en el periodismo que llegar a ser Cronista Oficial de la Villa (de Madrid, por supuesto).

El tema viene a cuento porque el Consistorio madrileño ha aprobado sin dilación dar el nombre de una calle al recién fallecido Gabriel García Márquez. Y así, tirando del hilo, surge el artículo porque hay como una veintena de nombres para calles de figuras célebres en lista de espera de que se  materialicen las resoluciones tomadas en su día por  la Junta de Gobierno del ayuntamiento  madrileño.

Y ahí vemos una extraña mezcolanza de personajes entre los que predominan políticos y artistas. Y así, por ejemplo,  Juanita Reina (o sea, Juana Reina), espera con Jorge Semprún desde 2011, Y Mingote desde 2012 con Peces-Barba y Carrillo.

También se ve que con otros ha ido todo más deprisa y en apenas un año se les ha solucionado el expediente, como Margaret Thatcher – la hija del tendero que odiaba el consenso y reinventó ella sola la praxis conservadora que enseñorea el mundo actual - y Luis Aragonés, el sabio de Hortaleza que inventó la letanía de "ganar y ganar y ganar y… volver a ganar y ganar…etc" y que tanto queremos, sobre todo los que gastamos grada en el estadio Vicente Calderón.

El que de momento se lleva la palma en la espera, desde 2002 nada menos, es Miguel Ángel García Lomas  que fue alcalde de Madrid a mediados de los setenta y al que debemos las primeras peatonalizaciones de calles en el centro de Madrid y la voladura del Mercado de Olavide. Penúltimo alcalde franquista y, por tanto, personaje claramente incómodo en estos tiempos que corren, como no repunte el ladrillo, parece que a la calle de su nombre le va a tocar seguir chupando banquillo durante mucho tiempo.

martes, 15 de abril de 2014

A Place in the Sun. Stevie Wonder

En 1966 Stevie Wonder con solo 16 años, y que hacía ya 3 que habías dejado de ser Little Stevie, graba el álbum Down to Earth, con el que la Tamla Motown inicia su carrera ya como cantante adulto. En Down to Earth se combinan algunas versiones de temas conocidos como Mr Tambourine Man de Dylan o Sixteen Tons, con canciones de compositores de la casa: Holland, Dozier and Holland o Ron Miller.


Es este último, junto con el letrista Bryan Wells quienes firman A Place in the Sun, que es, como se apunta en Wikipedia, una de las primeras canciones de Stevie Wonder con contenidos de tipo social. La canción es un prodigio de melodía y de continuidad, va como la seda y resulta, gracias a sus arreglos, ligera y pegadiza. La voz de Stevie Wonder ha dejado ya de ser la de un niño y tiene, ya adulto, el timbre agudo característico que conservará a lo largo de su carrera.

A Place in the Sun fue, posiblemente, la primera canción que escuché de Stevie Wonder, en mi Madrid de los primeros años setenta, de instituto, de pandillas y de guateques a los que llamábamos “reuniones”. La tengo asociada a la película de 1951 del mismo título protagonizada por Montgomery Clift y Elizabeth Taylor, melodrama insigne dirigido por George Stevens, que el buzo se ha prometido no volver a ver nunca más, ya que los personajes sufren demasiado por causa del mal que aparece y se hace carne en el seno de los, hasta ese momento, inocentes.


Personal y errada asociación porque A Place in the Sun es, fundamentalmente, un himno para salir adelante, una canción de redención, la más apropiada para escuchar después de haber hecho una tontería o cuando se está saliendo de una depresión o cuando te tienes que comer el mundo.

Al igual que una rama de un árbol
Quiero llegar a  ser libre
(Movin' on, movin' on)
¡Adelante, adelante!

Porque hay un lugar en el sol
Donde hay esperanza para todos
¿Dónde tengo que dirigir mi pobre corazón inquieto?
Hay un lugar en el sol
Y antes de que mi vida acabe
Tengo que encontrar mi lugar en el sol

Así dice la letra de la canción que, además de la interpretación de Stevie Wonder, (que, por cierto, hizo una versión en italiano de título Il Sole è di Tutti), ha tenido algunas versiones. 


Es elegante y muy en el estilo Motown la de Diana Ross con las Supremes y los Temptations. En plan crooner la cantó Engelbert Humperdinck; y Glen Campbell la rehízo en su pulido y elegante country. Y, con esa letra, le tenía que ir bien y suena muy bien en reggae en la versión de David Isaacs. Pero ninguna supera la original de Stevie Wonder.

jueves, 10 de abril de 2014

El abarrotado mundo de Funes

Ha habido en estos últimos días tres noticias, relacionadas con internet y esta sociedad de la información, que me han hecho reflexionar y que veo relacionadas entre sí; lo que me produce más desasosiego del que ya de por si me producen individualmente, sobre todo, por qué no sé muy bien por qué las vinculo tan íntimamente.



En primer lugar, está lo de no permitir ya presentar la Declaración de la Renta realizada a mano, que da como mucha tristeza porque se ve por donde van unos vientos de la falsa modernidad y por dónde vienen desigualdades y exclusiones innecesarias.  La noticia – que debe ser calcada del gabinete de prensa de la AEAT - dice que eso de que estuvieran a mano (sic),  “…suponía un freno para la AEAT, que gestiona todos los datos informáticamente y que, por tanto, tenía que volcar las declaraciones de estos contribuyentes.”

No parecería gran cosa – en principio - tener que volcar un 0,18% del número de declaraciones, frente a crear 35.000 excluidos; pero ya ven en pleno ataque de soberbia la AEAT considera que es un freno a su modernez. Y es que los contribuyentes piensa sin duda la AEAT, son una lata.



Luego está la profecía del filósofo americano Dennett de que “Internet se vendrá abajo y viviremos oleadas de pánico”, augurando un oscuro futuro, una especie de Mad Max sombrío en que sólo conjuntos de locos en sectas sobrevivirán. Lo que me hace pensar inmediatamente en comprar bolígrafos – que, recuerden, no se pueden utilizar para rellenar la declaración de la renta en España – y volver a apuntar los teléfonos fijos: ¿funcionarán sin internet los teléfonos fijos?; y las direcciones en libretillas.

La puntilla es el artículo La era de Funes de Jordi Soler en El País, en que nos vemos transformados en esos Funes memoriosos de GB de ordenadores y de internet pero sin memoria en verdad; sin experiencias y cada vez con más miedo a la vida real. 


Y encima con el pánico de que se pueda ir internet a freír espárragos y quedarnos sin memoria, sin wasapps y ¡horror! sin enterarnos de lo que se dice en las redes sociales. Pánico total. Dentro de lo malo, ocurriría que no se podría declarar a Hacienda. ¡Que se fastidie Montoro!

Luego oigo en la radio en el coche el anuncio de la creación de una empresa super-innovadora recién creada: la revolución. Aguzo el oído: es una churrería en una gasolinera: ¡la bomba! Al llegar a casa me entero de que Arias Cañete va de candidato a las europeas. Oye, estas dos noticias me han arreglado el día.

lunes, 7 de abril de 2014

Dos canciones de lluvia

Hay muchas canciones que tratan o mencionan la lluvia. Se ve que es un motivo de inspiración para los artistas. Normalmente no le salen canciones alegres, sino más bien tristes. O, cuando menos, melancólicas. Al buzo le gustan.

En estos días, sólo desde ayer, en que parece que ya nos ha dejado por fin la lluvia, podría ser buen momento de traer alguna canción de lluvia más a La perplejidad. Y elijo dos, ambas de rock o, más bien, de pop-rock sudamericano.

La primera es de 1968. Es Viento,dile a la lluvia que aparecía en el segundo LP de Los Gatos, una de las bandas pioneras del rock en Argentina alcanzando un enorme éxito, vendiendo más de 200.000 copias, lo que unido al éxito de su anterior disco, convirtió a Los Gatos en estrellas del incipiente rock argentino.


En Wikipedia se dice de la canción: Musicalmente el tema es una balada compleja, que recuerda en cierta forma a los primeros temas que en la década siguiente compondría Charly García para Sui Generis, en la que pueden detectarse influencias del blues y de la bossa nova”.

Por su parte, su autor y componente del grupo, Litto Nebbia, comentó de Viento, dile a la lluvia: “Una armonía simple, pero en esa época, muy pocos sabían los acordes de paso que llevaba. La melodía es una cosa muy fuerte, de ésas que pueden perdurar cien años. Sumá estos detalles. Era la primera vez que una canción en ritmo lento llega a ser un hit representativo para la juventud, y también la primera vez que para referirnos a la libertad se habla metafóricamente…”

Una delicia de canción que, tenía razón Nebbia, ha perdurado. De momento casi cincuenta años.

La segunda, Llueve sobre la ciudad, es chilena y más moderna. Son el grupo Los Bunkers y es de 2005. 


La canción comienza tenuemente con la voz solista y un piano eléctrico, va in crescendo a una especie de música de carrusel que da paso al estribillo pegadizo y super pop que se canta a coro. Se repite con variaciones ligeras en la letra. Después, un intermedio con un solo muy apañado del mismo piano eléctrico da paso otra vez a la música de carrusel y al estribillo:

…llueve sobre la ciudad
ya no queda nada más
llueve sobre la ciudad
ya no queda nada y tu no estás.

que se adorna y alarga hasta el final de la canción, que en su conjunto es sorprendente y pegadiza, marchosa: pop por la cara. A Gonzalo Garrido seguro que le habría encantado.

Al buzo le suenan Los Bunkers, un poco, a The Eels. No se explica, sin embargo, cómo este pedazo de grupo es tan poco conocido en España.

martes, 1 de abril de 2014

Yunque: alba. Pascual Pla y Beltrán



Natalia Goncharova. Cyclist, 1913 (Wikipedia)

De los diferentes estilos poéticos, quizás haya sido el futurismo el que con más ímpetu haya recurrido a la tecnología. El futurismo consideraba como elementos principales de la poesía, el valor, la audacia y la revolución, postulando, entre otros, la adoración de la máquina y el retrato de la realidad en movimiento. Rechazaba la estética tradicional e intentó ensalzar la vida contemporánea, basándose en sus dos temas dominantes: la máquina y el movimiento.   (Leer más...)