miércoles, 11 de diciembre de 2013

La favorita del profesor. Julissa

Allá por marzo atacábamos el tema de las chicas que se enamoraban de su profesor, en la entrada “El profesor. Alicia Granados”, que no quedó cerrado ni mucho menos; ya que nos dejamos algunas canciones más.

Julissa, cantante mexicana nos deleitó en 1963 con La consentida del profesor, (o La favorita del profesor) que aporta una nueva visión en este delicado asunto. Aquí se trata, además del enamoramiento, de ser la favorita del profesor y obtener una posición de privilegio sobre las demás: envidiada por todo el salón; una posición, en definitiva, de poder.

Quiero ser la consentida de mi profesor
quiero sentirme mimada, admirada
envidiada por todo el salón
porque yo quiero ser la consentida de él.


La canción admite dos interpretaciones. Una infantil, resaltando la ingenuidad en plan “tonterías de chiquilla”, (como se puede ver en el primer vídeo de La consentida del profesor, en que vemos a Julissa de calcetines y con un vestido con cuello marinero que nos recuerda un uniforme de colegio, con un baile modosito en el que hace unos pasos estupendos de claqué), sin que falte un puntito de picardía.

Otra en que se acentúe la parte que tiene la canción de convertirse en la favorita del profesor y, por ende, en la reina del mambo. Esta interpretación se hace notoria en el segundo vídeo de La consentida, en que Julissa aparece lentamente en un salón burgués, con un traje de cocktail que parece de Balenciaga, con el pelo recogido a lo alto en un look muy años cincuenta: una señorita que pisa suave pero firmemente en las vísperas de su puesta de largo. Que tiemble la novia o esposa del profesor de marras, que la niña, más que adolescente, lleva escondida dinamita.

Elucubraciones del buzo para, en definitiva una canción deliciosa – un slow dancing – que Julissa, que en ese momento tenía dieciocho añitos y era ya una estrella en México, interpreta (o reinterpreta ) estupendamente, dándole un aire nuevo a la original, Teacher’s pet, interpretada por Doris Day en la película de mismo título que protagonizó con Clark Gable en 1958. 



Para recuperar el momento gamberro, dentro del mismo tema, dejamos a continuación Notre prof d’anglais de Chantal Kelly  de 1966 que es alegre y restrallante. Las chicas están encantadas de llegar el lunes al colegio porque le prof’ d’anglais, que no tendrá mucho más de veinte años, le da una lección made in England. El estribillo es un recordatorio de la conjugación del verbo to be; lo que puede venir bien a todos los que, como el buzo, llevan eternamente, dando clases de inglés.
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