miércoles, 16 de octubre de 2013

El turismo es un gran invento

En España sabemos que el turismo es un gran invento por lo menos desde 1968 en que Pedro Lazaga rodó la película del mismo título de la factoría Pedro Masó. Por ello, da algo de alipori oír, en estos días, las declaraciones de los barandas responsables del turismo y de los aeropuertos de nuestro país. Posiblemente sea un problema, que es general en España, de la competencia de quienes nos gestionan y gobiernan.


Pero ahí los tienen. A los responsables del Ayuntamiento y de  la Comunidad de Madrid a la caza de aerolíneas  chinas y de turistas chinos forrados e intentando vender que en Madrid se puede comprar todo ¡un hub del lujo a nivel mundial!, que es lo último que nos quedaba por oír. 

O también, por ejemplo, las del Secretario de Estado de Fomento, Rafael Catalá, a RNE. Hablan del turismo como si estuviéramos en segundo de la ESO; simplezas del tipo de:  si ponemos más líneas aéreas en los aeropuertos aumentará la posibilidad de que vengan más turistas. Francamente, no sé si hemos avanzado mucho desde los discursos de Paco Martínez Soria en la película citada, alcalde de Valdemorillo del Moncayo, que ya tenía planes turísticos para su municipio.

O las de la ministra Ana Pastor referentes a las bonificaciones de las tasas aeroportuarias – plan copiado, por cierto, de las tomadas por las autoridades portuguesas en Porto. ¡Que las bajen directamente, y se dejen de bonificaciones. Pero no; las tasas no se pueden bajar nominalmente, porque (sic) las tasas aéreas son el medio para recuperar la inversión aeroportuaria realizada, después de que entre 2001 y 2011 se invirtieran 18.000 millones de euros en infraestructuras aeroportuarias de la red, con un incremento del 0,2% en las tasas durante ese periodo y una deuda acumulada de 14.000 millones de euros.


T4 Barajas. (de Wikipedia)

Que – en lo que se refiere a las tasas- es donde está el problema: ¿por qué carajo se tuvieron que hacer los aeropuertos galácticos, sobredimensionados y absurdos? De los que es paradigma la T4 Barajas, ese monumento faraónico al absurdo, que jamás se ocupará, a no ser que dentro, en la zona de descarga de maletas, pongan los casinos de Sheldom Adelson; y en la de arriba, el nuevo estadio rojiblanco. 

Porque con viajeros y aerolíneas no hay visos. Lo dicho: que bajen las tasas de una vez y pongan los 14.000 millones de euros, que dice la ministra, a deuda perpetua del Reino de España.

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