martes, 18 de septiembre de 2012

Domesticar a un avestruz


Abrumados por el barullo ambiente y en plena enésima primera huelga del transporte del otoño en Madrid, surgió de pronto, borrándolo todo, la noticia bomba de la dimisión de Esperanza Aguirre.  Se va, se ha ido pues un gran animal político, como muchos comentaristas se han apresurado a resaltar, gran dominadora de la política madrileña y referente de los conservadores españoles.


Fotografía oficial de Esperanza Aguirre. Enero 2011
 (De Wikipedia)

Así que ya no tendremos a diario la combinación de visión, pasión y decisión que la caracterizaba junto con su indudable carisma y, también,  la paciencia que no debe faltar a ningún corredor de fondo.

En estos día el buzo ha estado repasando la poesía de ese gran olvidado poeta del realismo mágico que fue Gabino Alejandro Carriedo y le parece que estas características que he mencionado se aproximan bastante a las que deberían adornar a un buen domesticador de avestruces, como verán a continuación en el poema Recomendaciones para domesticar a un avestruz, de su libro Los animales vivos, de 1951. Dice así:

Primero se le coge de una pata, 
luego se le propina un puntapié, 
más tarde se le da un terrón de azúcar 
y acto seguido pan y leche y palos.

Transcurridos seis meses por lo menos
diciendo abracadabra se le cuelga
de un árbol muy frondoso de tal guisa
que pasar pueda ver los autobuses


Después de encomendarle a San Pancracio
- patrono de las aves de corral -,
se le cortan las alas, se le pinta
de amarillo y azul la cresta y basta.

Y a esperar, esperar… Todo en la vida
ya sabemos que es cosa de paciencia.
Si esto hacéis, yo os prometo que algún día
podréis llevar a un avestruz al  cine.

El gran problema que tiene ahora el Partido Popular es encontrar a alguien adecuado que llene cuanto antes el hueco que Aguirre va a dejar y que debería de acabar siendo capaz - siguiendo con el símil - de llevar a un avestruz al cine. El buzo no ve en el papel descrito - y menos a medio y largo plazo - al que parece, en principio, el elegido. Si ve en el papel a alguna de las últimas apuestas de Aguirre; pero quizás sea pronto y no dé tiempo. Veremos.


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