sábado, 31 de marzo de 2012

Los ¡santos! barones de internet


Los dueños de las compañías punteras de internet, ubicados todos ellos en Silicon Valley, piensan de ellos mismos, y así lo expresan, que son moralmente excepcionales.


De izda. a dcha. Mark Pingus (Zynga), Mark Zuckelberg (Facebook)
 y Sergey Brin (Google). (Ilustración de Jesse Lenz en Newsweek)

“No somos una empresa convencional  sino que nuestro objetivo es hacer del mundo un lugar mejor”. Larry Page y Sergey Brin, fundadores y propietarios de Google.

“No construimos servicios para hacer dinero; hacemos dinero para construir mejores servicios. Creo que es una buena forma de de construir algo. En estos días cada vez más gente quiere usar servicios de compañías que creen en algo más que en maximizar beneficios”. Mark Zuckerberg, fundador y propietario de Facebook.

O Mark Pincus, capitoste de Zynga – empresa fabricante de juegos on line -  que dijo: “Los juegos os harán buenos. Queremos ayudar al mundo mientras hacemos nuestro trabajo día a día”.

Sin embargo, sus prácticas desprovistas de ética, en buena parte,  no parece que los alejen demasiado de los “robber barons” de principios de siglo XX, creadores e impulsores de las grandes corporaciones ferroviarias, siderúrgicas, petrolíferas.. etc. de USA, caricaturizados con chistera, vestidos de negro con puro y bastón, y que han sido juzgados por la historia como grandes hombres de negocios pero a la par como despiadados ladrones reconocidos: los Carnegie, Vanderbilt, Rockefeller, Gould.. etc.


Los barones industriales clásicos
 Rockefeller, Carnegie, Morgan...

Rob Cox nos lo describe muy bien en su artículo “The Ruhtless overlords of Silicon Valley” en Newsweek, donde pormenoriza sus actuaciones no tan altruistas ni santas en tres aspectos fundamentales: la fabricación a base de subcontrataciones masivas a países en que se dan unas penosas condiciones de explotación, casi de esclavitud, a los trabajadores; la indiferencia y la transgresión a los copyright y los derechos de autor, tanto en lo que se refiere a cuestiones de hardware y software, como, sobre todo, a la utilización y difusión de contenidos intelectuales sin permiso de sus autores y, por último, sus desprecio por la privacidad de los usuarios.

Interesante artículo que baja de sus peanas a estos santos modernos y adalides del "todo vale" en la red. Cierto es que los barones ladrones de antaño, en su vejez, sabedores de lo que habían pecado -  y, acaso, arrepentidos de ello - terminaban encargando que le fabricaran bonitas historias hagiográficas y donando – posiblemente no tanto por arrepentimiento como por motivos fiscales - parte de sus fortunas a instituciones benéficas y académicas. 

Estos de ahora no se cortan un pelo. Los supongo sin abuela y, de entrada, se colocan en la peana con aureolas de santidad, lo que les sirve a ellos mismos – y si la mayoría de la gente se traga la historia, mejor – de coartada, mientras se lo están llevando crudo con prácticas que, más bien, no son santas sino todo lo contrario.
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