domingo, 6 de marzo de 2011

Bambino. La fiesta infinita.

.
Debido a un CD comprado incidentalmente en Mediamarkt, (por cierto que el buzo agradecería a algún curioso lector que le pudiera dar una explicación sustancial – y no relativista - de la causa por la que son más caros los cartuchos de una impresora que la propia impresora), no me queda más remedio que hablar hoy de Miguel Vargas Jiménez ó Bambino, el gran cantante de Utrera que nos dejó en 1999, el "artista de artistas" que admiraba - y así lo decía - Camarón. Ya que, además, si no lo hago, no sé si va a haber forma de quitarme de la cabeza y de dejar de tararear alguna de sus canciones recién escuchadas: "Procuro olvidarte" ó "La pared" en el CD de que les hablo.




Yo creo que no está suficientemente valorado lo que supuso Bambino en la canción española en las décadas de los sesenta y setenta. En una época que ya empezaba a ser de bronce para la copla, su obra supone una bocanada de osadía, heterodoxia y frescura que abrió caminos nuevos de fusión y modernización a la canción española popular de raíz flamenca. 


Sin Bambino, en la actualidad injustamente olvidado, bastante de la música española posterior, tanto en flamenco como en copla y en música "lolaylo", no habría sido posible. En su Utrera natal, donde falleció en el año 2000, un grupo de fieles mantiene viva su memoria en la página web Rincón Bambino donde pueden encontrar más detalles de su vida y obra. En esta página se cuentan muchas cosas; entre ellas la génesis del sorprendente nombre artístico de Bambino.




La historia comienza con Renato Carosone que interpretó una canción tradicional napolitana interpretada titulada Gaglioni, no de las de más éxito entre las suyas. Esta canción fue versionada en castellano por la cantante Gloria Lasso y, parece ser que el joven Miguel Vargas, en 1960 o 1961, en la celebración en su Utrera natal del Potaje Gitano, escuchó al cantaor Diego el de Gloria interpretar esta canción.


Estamos en 1960. Miguel Vargas hace suya la versión del gitano de Jerez y se sumerge en una metamorfosis plena, hasta el punto de cambiar  su nombre por el del tema que canta y baila al ritmo de su rumba flamenca. Así nace BAMBINO, un gitano que sale de pronto de Utrera, se planta en Sevilla, es contratado por la Venta de Antequera, y con el aval de Gitanillo de Triana, tras el año y medio del servicio militar en Jerez de la Frontera, debuta en el madrileño tablao El Duende, propiedad de Pastora Imperio. Es el año 1963".



Así lo cuenta, en la referida página web, Santiago González Sacristán, autor de una biografía de Bambino que lleva por título “La fiesta infinita”. Título, por cierto, perfecto. Tanto para reflejar el sentimiento que produce escuchar a Bambino, como para referirse a lo que fue la propia vida del artista. No he encontrado la versión de Bambino del “Chiquillo” de Gloria Lasso; la que empezó a cantar después de escuchar a Diego el de Gloria. Nos falta ese eslabón. Es posible, sin embargo, que fuera bastante parecido a una canción del primer disco en solitario que grabó Bambino en 1964. Se titulaba "Bambino Piccolino" y les dejo con ella.
.

2 comentarios:

  1. Soy Santiago González Sacristán, autor de la biografía de Bambino, "La Fiesta Infinita" y te agradezco, Pedro, tus comentarios sobre el cantaor. El eslabón perdido seguirá perdido. Miguel no grabó jamás ese primer "Bambino", sólo lo aventó en directo por los escenarios en su primera época. Fue el utrerano un auténtico fenómeno del flamenco durante toda su carrera, con un estilo personal, único e incomparable. Feliz Navidad y te rogaría que rectificaras ese primer apellido que me adjudicas, no es Rodríguez sino González. Por lo demás, te invito a que leas el libro para redondear tus conocimientos sobre Bambino. Creo que vale la pena. Lo tienen, por ejemplo, en "El Flamenco Vive". Te dejo un enlace con mi blog, donde publico ocasionalmente cosas sobre el artista: http://santiagonzalezescritor.blogspot.com/
    Un cordial saludo. 23-12-2011

    ResponderEliminar
  2. Después de rectificado el error, le quiero agradecer a Santiago su amable comentario. Prometo buscar el libro y mantener "la pasión" Bambino.
    Un saludo

    ResponderEliminar