martes, 26 de octubre de 2010

Siempre que pasa igual, ocurre lo mismo

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Como solía decir mi padre. El buzo se ha ido unos días de vacaciones a Centroeuropa y a la vuelta, como ya le ha ocurrido en otras ocasiones, siempre le parece que vuelve a un país áspero, malhumorado e incívico. Y ello tanto por motivos físicos e intelectuales. Por ejemplo, no he visto en estos días en Budapest y Praga ni un coche, (repito: ni un coche), en doble fila. No hablemos de la limpieza de las calles, avenidas y carreteras. Al revés que por aquí, en las aceras de granito de las calles no hay chicles pegados y no parece que la gente, con perdón, orine o vomite en ellas. "Natural", me dice Emilio, "vienes del centro de Europa, de la Europa rica de toda la vida. Vuelves al Sur. Esto es otra cosa".



El gran Danubio y el Puente de las Cadenas. Pest, al fondo.

Y a la vuelta también, aunque ésto debe ser algo debido al aislamiento que uno tiene durante unos días, cuando ejerce por ahí de turista, le sorprende el nivel de las declaraciones y comentarios de políticos (y de comentaristas políticos). En afortunada expresión de Carlos Herrera, estamos inmersos en una "política de garrafón". Ó "de batalla", como le dijo un día un camarero del Bar Los Pinchitos a José Luís, cuando éste le pidió un chupito de Fra Angelico. "¡Huy!, aquí de eso... no vamos a tener. Aquí, sólo batalla".


Pero también, como siempre, el buzo vino encantado de conocer un poco más este maravilloso y variado mundo que tenemos. También pesaroso, porque siente que se deberían tener varias vidas para poder visitar, ver y disfrutar de más países y ciudades. Una vida sola es muy corta.

 
Ay la paprika, ¡que rica! ¡que rica!
Viva el pimentón, tón, tón

Pasando a otros temas, de entre lo publicado en la prensa en este fin de semana destacaría una entrevista en ABC a David Renmick, director de la revista New Yorker, (casi nada), desde hace 18 años y reciente autor de una biografía de Obama, ( El Puente. Ed. Debate). La entrevista entera no tiene desperdicio, pero seleccionaría de ella un concepto bastante original que transcribo a continuación.

- Una idea interesante de su libro es que en las modernas democracias ultramediáticas, donde los candidatos están controlados al milímetro, la experiencia es un grado pero puede llegar a ser una carga. Usted sugiere que Obama hizo bien lanzándose siendo tan joven y sin haber hecho casi nada en la vida, porque cualquier cosa que hubiera hecho se le podía volver en contra, como a Hillary...


- Esto es absolutamente cierto. Obama apenas llevaba un año siendo senador cuando se lanzó. Supo ver que era un momento único: Hillary tenía puntos débiles, los republicanos no podías estar peor. Obama causó sensación con un discurso en la convención de 2004... Sólo un discurso, y ya todo el mundo hablaba de él, ¿comprende?... Podía haber esperados a tener más experiencia, pero entonces le podía pasar como a Ted Kennedy o como a John Kerry, que cuando quisieron intentarlo, ya les pesaban demasiadas cosas, demasiados errores, demasiados enemigos, demasiadas cargas...




Creo que la idea tiene fundamento y recorrido, basta con mirar nuestro actual panorama político. Suponiendo lo anterior como teorema, tendríamos el corolario siguiente: "La mejor postura de un político ante cualquier problema sería no hacer nada, ponerse de perfil y esperar a que escampe". Lo que me lleva a recordar una anécdota de un concejal del Madrid de principio del siglo XX, (siento no recordar el nombre y no se si es cierta pero, en todo caso, estaría bien traída al caso), al que le preguntó un periodista:

- Don Fulano ¿Cual es el secreto de su éxito en política?.
- Mi secreto es no hacer nada. Ante la cara de asombro del periodista añadió muy serio, ¡Oiga joven!. Le advierto que no hacer nada es sumamente difícil.

Por último y lo más importante: está el país en un sinvivir que esperemos se solucione sin mayor dilatación por el bien de todos: ¡¡ la baronesa Thyssen no fue al bautizo de su nieto!!


Sección musical: Hoy no hay sección musical.

martes, 12 de octubre de 2010

Sección Musical: MANOLO CARACOL



En Don Paco, taberna sita en la calle Caballero de Gracia de Madrid, (probablemente, la mejor taberna andaluza de la capital), en sus paredes, llenas de fotos de toreros y parroquianos famosos y de carteles de toros, destaca en lugar privilegiado, justo debajo de una caricatura del dueño del local, ( o sea Don Paco), en sus años mozos con una botella de manzanilla en una mano y un manojo de copas en otro, destaca, como digo, una foto en blanco y negro, de gran tamaño, parece que de un tentadero, en que un joven Paco Camino sonriente y con la mano derecha en jarras, mira como Manolo Caracol con abrigo de cheviot abrochado, pañuelo negro al cuello y zapatos negros hace el ademán de citar al toro en un perfecto natural. El tronco adelantado, la cara seria y la postura de mucho estilo, como si en vez de ser cantante hubiera sido toda la vida un torerazo de arte y señorío.


Manolo Caracol, nombre artístico de Manuel Ortega Juárez nació en Sevilla, en la Alameda de Hércules, en 1909. Como se indica en la página web neonmusic.webcindario.com, fue el “último genio de una dinastía gitana que dio al flamenco y a los toros nombres de leyenda”. De la misma fuente recojo lo que fue su aprendizaje:

"Los señoritos y los artistas por las mañanas, después de recorrer durante la noche las ventas de las afueras, iban a la Alameda de Hércules a terminar la juerga, tomando churros y aguardiente. Como mi padre era artista, iba entre ellos. Por eso, cuando yo iba al colegio por la mañana, me encontraba con los señoritos y con los artistas que remataban la fiesta. Unas veces me llamaba mi padre, y otras veces me acercaba yo y me quedaba pegado a un quicio escuchando cantar".

En 1922 con 13 años, ganó el primer premio del Concurso de cante Jondo de Granada. Ahí comenzó su carrera como cantaor. En una primera fase, hasta la guerra civil, centrada casi en exclusiva a las fiestas privadas; y después de ésta dedicado fundamentalmente al teatro, inventando con la Niña de los Peines y Pepe Pinto las estampas escenificadas donde se mezclaban cante, baile y teatro junto con orquestación más o menos completa, a veces sólo un piano.


Es en esa época, en los años cuarenta cuando en compañía de Lola Flores, (de 1944 a 1950), revoluciona el mundo de la copla, de la mano los autores Quintero, Leon y Quiroga en las estampas escenificadas citadas, con sus zambras como Rosa venenosa, La niña de Fuego, (dramatizada tal como aparece en una de las películas que rodaron juntos), o La Salvaora, (grabación con el recitado inicial de Lola Flores), que han quedado para la historia. Mantenía, defendiéndose de los puristas que lo atacaban que: "¡Se puede cantar a orquesta y se puede cantar con una gaita! ¡Con todo se puede cantar! Con una gaita, con un violín, con una flauta...!".

Gran y controvertido maestro del cante, (los flamencos le adoraban, como pueden ver en los vídeos en que le acompaña Melchor Marchena a la guitarra, o en lo que dice Camarón, que canta un fandango caracolero detrás de Caracol, que canta por soleares), personal, único y heterodoxo, provocó a lo largo de toda su carrera pasiones encontradas entre sus seguidores y detractores. Manolo Caracol, genio del flamenco y de la copla, murió en 1973 a los sesenta y cuatro años, en un accidente de tráfico en Aravaca, Madrid.
Ver:




4.- Un Siglo de Copla. Manuel Francisco Reina. Ediciones B. Madrid 2009.

Momentos de calma

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La meta de conseguir momentos de calma, se utilizan ahora mucho en publicidad. El argumento es más o menos el siguiente: alguien tal que un mozo o moza o talluditos de ambos géneros, se encuentran en plena acción, superestresados y tal… y de repente ¡Plín!, en la mayoría de las veces tomando algún alimento pequeño que normalmente está envasado en bolsas muy chulas, se hace un corte y se descansa y se es feliz y se relaja uno, etc. A eso, lo llaman por ejemplo: “Momento Pascualín” si el relax se produce, pongamos por caso, al comer un pastelito del mismo nombre. En fin, llámenlo como quieran y practiquen si les parece ese tipo de momentos.

Yo les voy a contar, a continuación, alguno de los momentos de calma que el buzo practica. Un momento gozoso que experimento todos los días es  buscar el pequeño texto que todos los días Mónica Fernandez Aceytuno publica en el diario ABC. Está, como suele suceder con muchos tesoros, escondido. En este caso, en la página de pasatiempos, entre el crucigrama blanco y el resultado de los sorteos. De esta forma es como si nos tocara la lotería un poco todos los días. Es una pequeña observación y reflexión diaria sobre la naturaleza, las cosas y el hombre que anda por medio.




Por ejemplo, ayer se titulaba  Montanera y decía:


"Imagino que se empiezan a oir de lejos en Zaragoza los trompeteos tan sonoros, por su traquea retorcida, de las grullas sobrevolando la ciudad. Suelen llegar cuando empieza la montanera, como si, también ellas, de lejos, oyeran caer las bellotas de las encinas."


Una gozada que recomiendo vivamente. También lo pueden encontrar en www. aceytuno.com. Otros momentos de calma no son ni periódicos, ni de todos los días. Pero, por ejemplo, el otro día, también se dio ese momento cuando leí una respuesta sensata, de la profesora Inma Castilla de Cortázar, a una declaración ministerial imposible. Ahí os la dejo:


“El ser humano lo es desde la fecundación y no pasa por ninguna etapa previa de rodaballo o similar.



martes, 5 de octubre de 2010

De nuevo la industria

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Si el buzo tuviera más tiempo, pondría en marcha inmediatamente un blog dedicado a fomentar la industria en España. De verdad, creo que en este momento la industria española o la industria en España está bajo mínimos. En 1995 la industria, junto con la energía, suponía el 20,2% del PIB. En 2009, sólo el 14,3%. Mala prensa, nula atención informativa y cuando la tiene sólo es para lo malo. Los poderes públicos, ( en especial los ayuntamientos), y la opinión pública, arrinconan la industria poniéndole trabas de todo tipo, imponiéndole severas condiciones lo que, acompañado por la enorme competencia que existe a nivel global en todo tipo de sectores, va haciendo que vayan cerrando empresa tras empresa y que la industria en España languidezca y se vaya apagando.




Cierto es que, en primer lugar, ha ocurrido que la industria se ha desembarazado en su devenir de servicios que ahora, externalizados, pasan a engrosar la cuenta de servicios. En segundo lugar, la industria es el escenario ideal a nivel global de la “destrucción creativa” que Shumpeter describió: la innovación, la competencia internacional, las economías abiertas, etc., ha hecho que haya desaparecido, si me dejan utilizar la palabra, la morralla a mayor velocidad que en otros sectores más protegidos. Pero esto es cierto, no sólo en España, sino en todos los países, a nivel internacional.

Todos los países, por tanto han sufrido procesos de este tipo y al final comparando, mientras que aquí en 2009 estamos en el 14,3 % del PIB, en Alemania la industria supone el 30,1% y en Francia el 20,9. En USA el 22,7 % y en Japón el 25,3. Y en China, ni les cuento.

En fin, sólo digo que en la industria hay más valor añadido, más riqueza que en los otros grandes sectores: agricultura, construcción y servicios; y que si no se hace pronto lo posible por intentar mejorar y levantar la industria de España, vamos a tardar más en salir de esta crisis. ¿Sería conjeturar demasiado pensar que una buena parte de nuestro gran diferencial de desempleo de España podría deberse a la debilidad de nuestra industria?. E igualmente, ¿Sería conjeturar demasiado, pensar que las diferencias en el desempleo entre  las diferentes regiones españolas podría producirse por las diferencias que el peso de la industria tiene en cada una de ellas?. (Sin ir más lejos, Navarra, por ejemplo, tiene una participación de la industria y la energía en su PIB, de aproximadamente el 26%. Pues bien, según la nota de prensa del INE de 30 de julio de 2010, relativa a los resultados de la Encuesta de Población Activa EPA del segundo trimestre, su tasa de paro era del 10,96%, frente al 20,09 del total de España. De la misma manera, Andalucía en la que la industria y la energía suponen sólo un 9%, tiene una tasa de paro del 27,78%). (Nota 1).


Botadura del buque "Juan Carlos I"

Mientras tanto creo que debe resaltarse la noticia de la botadura del buque militar multipropósito “Juan Carlos I”, que se produjo la pasada semana. A ver si es el comienzo, con Navantia a la cabeza, del resurgir de una industria de construcción naval de tamaño ajustado y alto valor añadido, moderna y especializada.

Nota 1. Los datos para el PIB son de 2009. Ver  “Cuentas económicas”, en página web del INE: http://www.ine.es/inebmenu/mnu_cuentas.htm

Sección musical

You Go to My Head

En el número 42 de la lista de la página especializada www.jazzstandards.com, se encuentra “You Go to My Head”. En esa página se recopilan, documentan y describen las 1000 canciones estándar que han tenido más versiones en el mundo del jazz. Es, por tanto, una de las canciones de más éxito, más sólidas en la historia del jazz.

You Go to My Head fue compuesta en 1938 por, música y letra, J. Fred Coots y Haven Gillespie, compositores más bien de canciones populares y de vodevil que de música para musicales y teatros o jazz. De hecho, sólo tuvieron otro gran éxito, el villancico “Santa Claus is Coming to Town”. El crítico W. Zinser incluyó la canción en un grupo de canciones que denominaba  “los grandes éxitos – great shots - que vinieron de ninguna parte”.

Sin embargo, la canción tiene una letra sofisticada  y una melodía  armónica y exuberante; es tan redonda, que, como otros críticos han dicho, parece compuesta por Cole Porter. La letra combina, para describir el estado de enamoramiento, de comparaciones relativas al efecto de bebidas alcohólicas junto con potentes metáforas:

Te has metido en mi cabeza
a quedarte como un estribillo inolvidable
y te encuentro dentro de mi cerebro
como las burbujas en una copa de champán; ó 

Te has metido en mi cabeza
con una sonrisa que hace que me suba la temperatura
como en un verano con mil meses de julio.

En sin duda una gran canción y ya el mismo año en que apareció fue un gran éxito, llegando con tres grabaciones distintas, la primera de ellas del gran pianista Teddy Wilson, a los números más altos de los hit parade de la época. Desde entonces y hasta hoy se han realizado centenares de versiones y grabaciones de You Go to My Head.


Judy Garland en 1963

En versiones vocales desde las clásicas de Ella Fitzgerald, Sarah Vaughan, Billie Holiday, desgarrada como siempre, Marlene Dietrich, Lena Horne o Judy Garland, con unos curiosos arreglos, a las más modernas de Rod Steward, Diana Krall, Brian Ferry o Michel Bolton. (Y, también, por supuesto, Frank Sinatra que lo ha cantado todo). En versiones instrumentales de jazz, me parece que es una canción muy de trompetistas. La han tocado Lee Morgan, Clifford Brown, Roy Hargrove…. 

Las han tocado y también cantado Louis Amstrong y Chet Baker. También saxofonistas como Coleman Hawking, Art Pepper y Zoot Sims. Y pianistas: Art Tatum, Oscar Peterson, Hank Jones.


Portada del disco Chet de Riverside Records 1959

Les diré que yo conocí por primera vez la canción en una versión del  trompetista y cantante blanco Chet Baker (Ver nota), que grabó el 24 octubre de 1955 en París durante una gira por Europa. Tres días antes, el pianista del grupo, Dick Twardzick fue encontrado muerto por sobredosis en su habitación. Fue sustituido en el estudio de grabación por el pianista francés Gerard Dustín. Fue una de las primeras ocasiones en que la tragedia asomó a la vida y la obra de Chet Baker

Ese destino trágico ya no lo abandonaría hasta su, también, trágica muerte en 1988. En los créditos del álbum escribe Alain Gerber

“La sesión se desarrolló de las 14 a las 21 horas y fue totalmente improvisada, razón por la cual el repertorio escogido fue exclusivamente de temas estandards… .También recuerda la atmósfera de la sesión: cargada, deprimida, llena del recuerdo del amigo desaparecido y por ello la presencia palpable de la tragedia. “You Go to My Head” refleja, especialmente, ese sentimiento.”

Nota: Biografía de Chet Baker en Wikipedia  http://en.wikipedia.org/wiki/Chet_Baker