jueves, 30 de diciembre de 2010

Yo te diré

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El bolero o habanera Yo te diré, de la película Los últimos de Filipinas, fue la canción con mayor recaudación de la SGAE en 1945. Los autores de la música y letra eran respectivamente Jorge Halpner y Enrique Llovet; este último también coautor del guión de dicho film. Nani Fernández (Tala) interpretaba "Yo Te Diré" ante la tropa. Entre los soldados podemos distinguir a un joven Fernando Rey, que encarnó a Juan Chamizo, (uno de los oficiales al mando). Entre la tropa se encontraba también Tony Leblanc, en uno de sus primeros papeles  cinematográficos.




La canción es un prodigio de sensibilidad y nostalgia. La letra, de Enrique LLovet, cuenta con una sensación de serenidad pasmosa los sentimientos de tristeza, melancolía y dolor de la separación del ser amado.
Yo te diré /porqué mi canción / te llama sin cesar.
Me faltan tus risas / me faltan tus besos / me falta tu despertar.
Cada vez que el viento pasa se lleva una flor / pienso que nunca más volverás mi amor / no me abandones nunca al anochecer / que la luna sale tarde y me puedo perder.
Yo te diré, que fue versionada en fechas inmediatamente posteriores al estreno de la película por Antonio Machín y que en los años sesenta volvió a resucitar de la mano de una versión de Karina que alcanzó un éxito bastante notable, se ha convertido en una pieza de repertorio de multitud de agrupaciones corales. Finalmente, el grupo El Consorcio, en su disco de 1996, Programa Doble, realizó una nueva versión de Yo te diré.



La historia de Los últimos de Filipinas parte de un guión radiofónico de Enrique Llovet y de otro de Enrique Alfonso Barcones y Rafael Sánchez Campoy, (en lo títulos de crédito se citan como “guiónes literarios” ) fue dirigida por Antonio Román y cuenta el heroico hecho ocurrido en 1898, con motivo de la rebelión de Filipinas y su posterior independencia, de los defensores de Baler, localidad de la isla de Luzón en la que, los que en el futuro pasarían a ser recordados como “los últimos de Filipinas”, resistieron heroicamente varios meses después de que hubieran cesado las hostilidades entre los insurgentes filipinos, ayudados por el ejercito de los Estados Unidos, y España.
Los supervivientes a su llegada a Barcelona
La dedicación principal de Enrique Llovet fue la crítica teatral, actividad en la que fue uno de los referentes nacionales –junto con Alfredo Marquerie y Eduardo Haro Teglen-  a través de distintos periódicos y publicaciones a lo largo de más de cuarenta años. Fue el autor, entre otras adaptaciones, de la polémica versión de Tartufo de Moliere, protagonizada por Adolfo Marsillach  en 1969, que vino a verse en su época, como una fuerte crítica al Opus Dei. A él se debe también la letra de la copla Luna de España, que con música del maestro Moraleda, también fue un enorme éxito, (de hecho, fue la canción de mayor recaudación según la SGAE en 1947), por ejemplo en la versión supercañí de Los Churumebeles de España.

Del autor de la música, Jorge Halpner, poco puedo decir. Es una lástima la poca documentación que sobre este autor existe. Un artículo de periódico en que pedían disculpas a Beatriz Halpern  por la omisión de Halpern en la mención de autores de la banda sonora de esa película y cuatro trazas más, inconexas, encontradas en internet. En el libro "Antonio Román, un cineasta de posguerra" de Pepe Coira, se le cita:
“el pianista y compositor hungaro Jorge Halpern era conocido como compositor de canciones ligeras, tipo Los ángeles cantan y ya había colaborado con Román en Lola Montes haciendo el himno de los estudiantes revolucionarios.”
Aparece también como autor de la música o canciones en la película El emigrado del director Ramón Torrado del año 1946. Asimismo debió tener bastante actividad como intérprete pues aparece como pianista en Radio Barcelona en 1944 y actuando en Madrid en 1945. Aficionados a la música de discos de pizarra, (en comentarios al programa Melodías pizarras de Radio 3) lo mencionan como un estupendo intérprete, que:
“Lo mismo toca estándares de la época que composiciones propias o ajenas, ciertamente originales, en el más puro estilo del jazz.”


Por último es el autor de la música, con letra de Artur Kaps, (¿conexión vienesa?), de la asombrosa, por modernísima aún hoy, canción de los años sesenta En donde estás amor interpretada por los King's Boys que podéis escuchar en el blog Juventud Ye-Yé.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Por una vez

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El buzo quiere traer por una vez algo de su vida personal a este blog. El domingo celebró con los suyos sus bodas de plata con Inmaculada. Fue un día grande, de celebración del cariño, de la comprensión y la paciencia y sobretodo, (y por encima de todo), del amor mutuo. También fue un día de acción de gracias, de agradecer mucho. Eso intenté hacer en las torpes palabras de agradecimiento que pronuncié ante todos los presentes al final de la comida.

Sin embargo di por evidentes, y no mencioné explícitamente, dos agradecimientos que quiero resaltar aquí. En primer lugar dar gracias a Dios que, como suele decirse, nos vino a ver cuando hizo que Inma y yo nos conociéramos hace ya casi 26 años y emprendiéramos esta maravillosa vida en común y formáramos una familia que afortunadamente hemos sabido alimentar y conservar. Y segundo, el agradecimiento más que especial a nuestros hijos: Rodrigo, (junto al que hay que añadir a Marta), María y Ana, por todo el amor, cariño y satisfacciones que nos han dado en estos años.

En un montaje fotográfico que prepararon mis hijos para la ocasión, eligieron como fondo musical la canción A tu vera de Chicho Sánchez Ferlosio con la que os deseo de todo corazón, una Feliz Navidad.
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martes, 14 de diciembre de 2010

I'm in the Mood for Love

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Rod Stewart se ha dedicado en los últimos años en la interpretación de standards, habiendo publicado desde 2002 sucesivamente varios trabajos, que han sido superéxitos de ventas en USA y Canadá, y que fueron recopilados en 2007  – 4 CD -  bajo el nombre de “The Complete Great American Songbook”. Recientemente, ha sacado un quinto CD de standards de título “Fly me to the Moon”

Al buzo le gustan mucho las versiones que ha hecho el cantante tanto por la claridad expositiva, la frescura en la interpretación  y por su personal y desagarrada voz, como por la altura de su registro, (que le permite – al buzo - cantarlas sin desgañitarse).  Rod Stewart le ha llevado al redescubrimiento de varias canciones,  sobre todo, “I’m in the mood for love”, compuesta en 1935 por Jimmy McHugh (música) y Dorothy Fields (letra). 


“I’m in the mood for love” tiene todas las papeletas para ser el standard perfecto. Una melodía ligera, cadenciosa, levemente efervescente, pegadiza y fácil de cantar en múltiples registros; y el milagro de una letra sencilla pero sugerente, con imágenes muy potentes que hecho imaginar o revivir el sentimiento de enamorarse a miles de personas desde 1935 hasta hoy. La canción empieza con un cuarteto redondo:

I'm in the mood for love,
simply because you're near me.
Funny, but when you're near me,
I'm in the mood for love.

No es sencillo traducir la frase que da título a la canción: “estoy de humor para el amor” o “me quiero enamorar” ó “estoy dispuesto para el amor”. Se admiten sugerencias. La entrada se repite con:

Heaven is in your eyes,
bright as the stars we're under;
Oh, is it any wonder
I'm in the mood for love?. (¡Oh  !¿Es de extrañar que esté dispuesto para el amor?)

Después va el estribillo que acaba:

If there's a cloud above,
if it should rain, we'll let it; (.. si tiene que llover.., ¡que llueva!, pero esta noche olvidemoslo)
But for tonight, forget it!
I’m in the Mood for Love

Dorothy Fields con Arthur Schwartz en 1951

Cuando le preguntaban a Dorothy Fields si se consideraba buena poetisa; no decía ni que sí, ni que no, pero insistía en preguntar a su vez, si algunas de las mejores poesías escritas por poetas afamados, podían encajarse bien en 32 compases. Eso era lo que ella hacía perfectamente. Lenguaje coloquial, naturalidad y elegancia en 32 compases. Encajado como un perfecto y ajustado guante.

La canción fue creada para la película, estrenada en 1935, Every Night at Eight protagonizada por George Raft. En ella, interpretaba a una de las tres protagonistas femeninas, Frances Langford. Desde entonces han llovido las versiones. A mi me parece preciosa una versión al piano de Errol Garner. Uno de los primeros intérpretes de jazz que se acercó a la música popular, Louis Amstrong, hizo una gran versión que tuvo mucho éxito. Fue cantada, también, por las grandes cantantes femeninas de jazz: Ella Fitzgerald, Sarah Vaughan… 


Una versión que se hizo muy popular fue la del saxofonista James Moody, (que ha fallecido recientemente), y que dio lugar, en realidad a otra canción Moodys for Love, ya distinta, que ha sido objeto de muchas versiones en esa línea, como , por ejemplo la de la actual Amy Winehouse. Por último, me ha gustado mucho una versión de Jamiroquai, un cantante moderno que no conocía y que, con razón por lo que veo, es bastante famoso.
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domingo, 12 de diciembre de 2010

Frentes abiertos

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Hay semanas en que por diversos motivos, no acaba el buzo de inspirarse y de lanzarse a escribir la entradita semanal del blog. No es excusa, pero es que siempre hay muchos frentes abiertos. Vamos a repasar algunos de ellos.

Los controladores. A estas alturas de la película, no se si queda algo por decir. Por mi parte sólo dos cosas. Uno: la guerra continúa abierta en estos momentos y son, básicamente, "batallas de información" las que se están, duramente, librando. Y dos: me temo que igual que en el último año transcurrido no se ha trabajado seriamente en solucionar el problema con diferentes alternativas, ( por ejemplo: habilitar ya a todos los controladores militares, contratar más controladores....), me parece que de cara al futuro tampoco se va a hacer nada.


Poco después de empezar a escribir esta entrada leí en el metro el artículo “Hasta aquí hemos llegado” de Martín Ferrand  con el que, como en bastantes ocasiones, no puedo estar más de acuerdo. Transcribo el último párrafo:


"La Transición, cuyo balance es claramente positivo, nos obligó a un pasivo democrático no deseable y muy embarazoso. Así se sostienen, desde usos sindicales a formas judiciales, muchas malas costumbres colectivas. En el caso de los controladores, en lugar de escarbar tratando de encontrar una responsabilidad «de los otros», ¿no resultaría más constructivo y benéfico para la ciudadanía que los partidos trataran de, especialmente en asuntos como este de escasa carga ideológica, consensuar el principio de una nueva etapa más funcional y acorde con los usos internacionales? Las enfermedades hereditarias solo caben en las personas, las sociedades pueden redimirse de ellas con un simple grito: ¡Hasta aquí hemos llegado!. Y ni un paso más allá."


Las investigaciones judiciales que se abren. Uno no entiende por qué nos tienen que informar al dedillo de una o dos o tres instrucciones judiciales que se abren cada semana y no de las decenas de miles restantes. Lo cual se relaciona, también con lo que vienen a durar las instrucciones, sobre todo la mayoría de las que se publicitan a bombo y platillo. Y también en lo que, muchas veces, acaban. Viene esto a cuento del caso de la recién abierta "Operación Galgo", en la que por cierto no hace más que mencionarse la mítica "Operación Puerto", famosa operación que comenzó en 2006 y que fue en un momento dado archivada por la juez, y que ahora, después de que la Audiencia de Madrid haya ordenado en dos ocasiones la reapertura del caso, parece ser que se encuentra, y estamos a finales de 2010, a la espera de un juicio oral. Otro muy sonado ejemplo es la instrucción de la  "Gurtel" que ya va a cumplir dos añitos el próximo mes de febrero. ¿Cuantos años más quedan?.


Aporta en ABC una visión original, acerca de esta denominada “Operación Galgo”, el catedrático de Derecho Procesal Julio Banacloche. Se titula “¿Una investigación desproporcionada?”. Su argumentación es clara. Consiste en razonar que si bien en 2006 se introduce en el Código Penal el nuevo art. 361.bis, que establece como delito “prescribir, administrar o facilitar a deportistas sustancias prohibidas a deportistas..", dicho delito, como no podía ser de otro modo,  no está tipificado como "grave" penalmente hablando. Que el delito no se tipifique como "grave", es relevante desde el punto de vista de la investigación penal, puesto que las medidas que restrinjen derechos fundamentales como son las intervenciones telefónicas o los registros domiciliarios, solo pueden ser acordadas por los jueces ante la presencia de delitos graves.


Bien, vamos a suponer que, aunque no sean delitos graves, los jueces hayan hecho bien. Si fuera así, no sé a qué se está esperando para poner en escuchas telefónicas, registros etc., a las bandas de atracadores que roban sistemáticamente joyerías o a las partidas de chorizos que levantan todos los días carteras en la Puerta del Sol y aledaños. Pero eso sí, cuando lo hagan que no nos mareen: que lo hagan, que los detengan y que no haya alguien que llame a los reporteros, a las televisiones y todo acabe en carne de tertulieta, en el eterno chismoserío en que se acaba convirtiendo casi todo en este país.
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miércoles, 1 de diciembre de 2010

Lo que pudo haber sido

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Con el título "Innovación y Tecnología", el lunes 28 de noviembre se publicó en el diario El PAIS, una carta de D. Enrique Mandado Pérez. Recomiendo vivamente su lectura. Empieza así:

"España es un país de servicios con los productos desarrollados por otros y eso explica por qué somos el noveno país del mundo en producción científica y el 42º, por delante de Barbados, en competitividad".

Se puede decir más alto, pero no más claro. Es como poner el zapato encima de la mesa como hizo Nikita Jrushchov en la ONU, una bocanada de aire fresco y distinto en el panorama de cómo se entienden en nuestro país, (y cuales son y cómo se fomentan), las políticas de apoyo a la I+D+i. Entender mejor la innovación y el desarrollo tecnológico; entender que tienen vida y fuerza propia y que no tienen porque ser siempre necesariamente el fruto de la investigación. 




Hay que decir que el profesor Mandado ni es desconocido ni es un recién llegado. Es catedrático de la Universidad de Vigo, (de hecho fue su primer catedrático) y su magnífica obra, en diferentes facetas, está ahí para quien quiera comprobarlo. Al buzo, que siempre ha pensado más o menos del mismo modo, le ha entrado un ataque de nostalgia, al recordar lo que le enseñaron hace veinticinco años sobre la innovación - y que tan poco se ha practicado y fomentado hasta la fecha- y le ha venido a la cabeza el verso del bolero Amar y vivir , (que es más conocido por Se vive sólamente una vez), de la compositora mexicana Consuelito Velázquez (1), que cantaba Antonio Machín (2):

... no quiero arrepentirme después
de lo que pudo haber sido y no fué..

¿Será posible que después de más de veinticinco años sea tan difícil hacer entender lo obsoleto del modelo lineal de la generación del conocimiento por la academia a través de la I+D y su necesaria y posterior transferencia a las empresas?. El caso, es que la historia podría haber sido otra.


En 2006 la revista mi+d editó un número especial en relación con el vigésimo aniversario de la Ley 13/1986 de la Ciencia. En su contribución a ese número titulada "De la Ley de Innovación a la Ley de la Ciencia: Historia del camino inverso", Julián Pavón contaba la historia de la no nacida Ley sobre Innovación Tecnológica Industrial, que quedó, como proyecto de ley, varada en el Congreso de los Diputados en junio de 1982, poco antes de la victoria del PSOE en las elecciones generales ese mismo año. Así comenzaba el artículo:

“Al cumplirse 20 años de la publicación de la Ley de la Ciencia en 1986, si aplicamos la máxima del Evangelio de "Por su fruto los conoceréis", parece que tenemos poco que celebrar, pues todos los indicadores de informes recientes sobre innovación y competitividad en España, a los que haremos posteriormente referencia, nos indican que vamos perdiendo posiciones de forma aparentemente irreversible en el contexto internacional”.

La Ley sobre Innovación Tecnológica Industrial no nacida, planteaba desde luego otra senda, que no se tomó.


Se tomó otra, que desembocó en la Ley 13/1986 de la Ciencia, por la que se ha ido transitando hasta ahora.(Y por la que, al parecer, se va a seguir transitando, pues la nueva Ley de la Ciencia, actualmente en trámite en el Congreso de los Diputados es, claramente, continuista con la Ley 13/1986 actual).  Es, sin embargo, paradójico y de destacar como exegetas de la citada Ley de 1986, (Ver en el mismo número de la revista mi+d "El nacimiento de la Ley de la Ciencia: El sueño del progreso", de E. Muñoz y A. G. Arroyo), venían a reconocer su fracaso, indicando como principales consideraciones, en un juicio valorativo de la ley, las siguientes (sic):

"- Ha supuesto un instrumento razonable para el fomento de la investigación científica y técnica, aunque se haya observado limitaciones en los instrumentos y obsolescencia en las estrategias.
- Sigue pendiente el efecto propulsor sobre el desarrollo tecnológico y la innovación.
- Tampoco ha sido una palanca suficiente para dinamizar la carrera de los recursos humanos.
- No se ha puesto en marcha la conexión eficiente entre la comunidad científico-técnico y la empresarial.
- Ha servido con cierta eficacia como elemento coordinador interministerial, pero no ha cumplido un papel satisfactorio en la coordinación de estas tareas con las Comunidades Autónomas."

No subrayo nada. Lo que pudo haber sido y no fue. Me atrevo a decir que así nos va.

Notas
1. Consuelo Velázquez fue autora de Amar y vivir y de otras muchas canciones, como por ejemplo Cachito Besame mucho. Esta última es probablemente una de las canciones en castellano más famosas y difundidas de todos los tiempos, (más de 1000 versiones en 40 idiomas). Fue grabada por primera vez por el  cantante mexicano Emilio Tuero. Pronto se hizo su adaptación al inglés y se convirtió, también en un gran éxito en los años cuarenta en USA, donde una de las primeras versiones fue grabada por Nat King Cole.  De entre los cientos de versiones, les enlazo a tres. La primera es puro bolero de Lucho GaticaLa segunda es un clásico, clásico instrumental de la orquesta de Ray Conniff. La última es una curiosa y marchosa versión de Charles Aznavour y Edit Piaff. En wikipedia pueden conocer más de Consuelo Velázquezhttp://es.wikipedia.org/wiki/Consuelo_Vel%C3%A1zquez 

2. Ver en wikipedia para Antonio Machín http://es.wikipedia.org/wiki/Antonio_Mach%C3%ADn
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miércoles, 24 de noviembre de 2010

Poco efecto, mucha bola...

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Moros y cristianos es una película de Berlanga de 1987, que al parecer no se encuentra entre las más valoradas del gran maestro. Al buzo le parece una gran comedia coral donde hace un homenaje en cierta medida a las fiestas más populares de la Comunidad Valenciana que le vio nacer. Cuenta las estrambóticas andanzas de la familia de turroneros Planchadell y Calabuig. 


Fotograma de Moros y Cristianos

En ella, Pajares, (el mejor Pajares), hace el papel, muy lucido para un actor cómico, de "el tonto de la familia" que se dedica a enredar, a vegetar y a perseguir mujeres a lo largo de toda la película y a ser perseguido por ellas, en virtud del tamaño, superlativo  al parecer, de su miembro viril. Este personaje hace bien dos cosas: el arroz con conejo y caracoles y jugar al billar. A este respecto y después de hacer una buena carmbola, explica el secreto de su pericia con la frase ó ripio siguiente:
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"Mucho efecto, poca bola
aprieta ......., y carambola"
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Me niego a reproducir aquí, literalmente, la parte del cuerpo que habría que apretar, teniendo en cuenta la postura que adoptan, apoyados en la mesa, los jugadores de billar. Creo que no es difícil de adivinar.
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Me gustaría analizar el ripio pues creo que encierra poderosas lecciones. ¿Qué es lo más importante de lo que se enuncia?. Yo diría que a poco que se conozca el billar, cuando las carambolas no son del tipo conocido como "así se las ponían a Fernando VII", el jugador debe optar, en primer lugar, por diferentes modos de encarar la carambola, que se podrían encerrar en una matriz que podría estar entre el mucho efecto y mucha bola al poco efecto y poca bola. Luego hay que tirarla y.... Abrevio, creo que lo mas importante es la parte de los puntos suspensivos que viene a representar el temple, la fortaleza y la decisión firme que hay que poner en la acción una vez tomada la decisión en lo que se refiere a la cantidad de efecto y a la cantidad de bola.


La partida de billar. Jean Beraud

Tenemos aquí una bonita parábola que podríamos aplicar a cómo se tratan los problemas en este país. Abunda el piñón fijo: siempre la misma jugada, pero sin decisión. También se da mucho el análisis fino: demostraremos, señores, que es mejor darle mucho efecto... bla, bla, bla, y ni se tira la carambola. Podría poner más ejemplos pero acabo: creo que nos falta apretar.... los dientes.
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Como apunte musical, el buzo os propone, (Ignacio Camacho en ABC me dio la pista), una bonita canción de Adriano Celentano que se titula La situazione non e buona, la cual, teniendo en cuenta que no es de hace dos días, parece profética. 




Es una prodigalità del genial cantante italiano. Creo que la letra, de la que se entiende bastante, es una salmodia en la que se pasa de la calamitosa situación general política y económica a la personal, pero indicando todo lo que nos une:
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La situazione politica non è buona
la situazione económica non è buona
la situazione del mio lavandini (fregadero) non è buona
la situazione del mio amore non è buona
Da me a te
qualcosa che ci unisce... c´è!
(de mi para ti hay algo que nos une.. es!)
....................
Como cosa curiosa de la letra, en un momento determinado, no se sabe muy bien por qué, la letra carga de forma arbitraria e inopinadamente  contra los arquitectos!!:
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La situazione quando mi baci non è buona
ma la più grande sciagura sono gli architetti
(la situación cuando me besas no es buena
pero la mayor desgracia son los arquitectos)

Les prometo volver al gran Celentano. Mientras, para endulzar que "la situazione economica non e buona", nos merecemos alegrarnos con Azzurro.
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miércoles, 17 de noviembre de 2010

¿Estamos a jueves?

Un buen amigo de Zamora, hace unos años me reveló una verdad que me puso los pelos de punta. Me dijo: "la vida es como una semana". "Y ¿a qué estamos? ¿a miércoles?", le dije yo. Lo pensó un momento y me dijo "acaso, estemos a jueves". Yo, aterrado, le contesté "pero por la mañana, ¿no?"Empiezo por éste recuerdo, porque estos días se me han hecho bastante cuesta arriba con la buena gente que nos acaba de dejar, que se ha ido. Manuel Alexandre, Berlanga... Si a ello añadimos, por un lado, la algarabía nacional, que no para, y las amenazas de que estamos al borde del la crisis total, y, por otro, lo pronto que anochece y que ha empezado a entrar el frío de verdad, está uno, la verdad, para poca cosa.


Por eso quiero contribuir a animaros un poco, y, de paso, también, a mi mismo. Para ello traigo al blog dos viñetas de Rodera, que tiene la virtud del buen humor: sorprender y darle dos o tres vueltas y retorcer la realidad. El primero plantea como habéis visto,  lo "mal" que se emplea el gasto y el segundo, yo creo que tiene que ver con la interpretación que se puede hacer cuando los periódistas nos cuentan "por qué" le dan algunos premios a los economistas. Por eso creo que merce la pena a somarse a la viñeta diaria, que siempre es una crónica, de Rodera en ADN.es.


A continuación dos noticias curiosas. La primera del diario Que, nos presenta una máquina que, por lo visto, nos ve el careto, lo juzga y nos recomienda lo que debemos beber: capuchino ó fantalimón ó chupitovodka. Pedazo de invento. Parece que, de momento, todavía nos deja apretar el botón. / A propósito de Berlanga que, como decía el otro día Martín Ferrand, uno no sabe si sus películas recogían la realidad de España, o si en este bendito país, los españolitos acabamos comportándonos como hemos visto en las películas de Berlanga. ¿se imaginan un atracador que fuera a atracar bancos en taxi y que, una vez acabado su "trabajo", se volviera en taxi a casa?. ¿No es muy, pero que muy "berlanga"?. Pues eso ha pasado en España anteayer. (Ver enlace a ABC).

Por último, y siguiendo con Berlanga, podríamos darnos un paseíto por la música de sus películas. Su lema, haciéndose el morugo como en muchas otras de sus declaraciones, era “yo de música no entiendo”. Bobadas. Sea por intuición o porque sí entendía, la música de sus películas es estupenda. Tanto en lo que se refiere a las bandas sonoras, como en la sabia utilización de música incidental o sea canciones, de todo tipo, insertadas en la acción. 


En Bienvenido Mr. Marshall, la banda sonora fue del navarro García Leoz. De la que se pueden hacer una idea con lo que aparece al inicio de la película. En esta misma película, de la que a veces se comenta que los productores creían que era una película folklórica al uso, están varias canciones de, según se indica en los títulos de crédito, Ochaita, Valerio y el maestro Solano, sobre todo la famosísima Coplilla de las divisas o Americanos, interpretada por Lolita Sevilla, cuya letra descacharrante no deja nunca de sorprenderme:

"Americanos,
vienen a España
gordos y sanos,
viva el tronío
de ese gran pueblo
con poderío,
olé Virginia,
y Michigan,
y viva Texas, que no está mal..."

El compositor que más colaboró y mejor entendió a Berlanga, yo creo que fue el gran músico Miguel Asins Arbó, que trabajo en varias películas: Plácido, el corto incluido en Las cuatro verdades, El Verdugo y La Vaquilla. Les enlazo al fox-trot que arranca ya en los títulos iniciales de Plácido y que acompaña los momentos más significativos del film hasta los créditos finales.


Asins, tenía un genio y una maestría perfectos para incluir en sus bandas sonoras músicas populares: villancicos, marchas militares (Asins Arbó formó parte del cuerpo de directores de música militar del que se retiró con la graduación máxima de comandante); sevillanas; música de banda, música coral religiosa, fanfarrias disonantes y valses, como el Suspiros Austrohúngaros de La Vaquilla.

Por último citar la formidable utilización de canciones y melodías insertadas en las películas: la Barcarola de Offenbach, Pequeña Flor de Sidney Bechet, Pan y Toros de Asenjo Barbieri.. y muchas más, como la utilización genial de La milonga de Juan Simón cantada por Angelillo con la que termina La Vaquilla.

Nota. 
Un estupendo análisis de la música en las películas de Berlanga es el artículo ¡Vivan los compositores!… Yo de música no entiendo en el enlace: http://www.encadenados.org/nou/bandas-sonoras/la-musica-en-el-cine-de-luis-garcia-berlanga

lunes, 8 de noviembre de 2010

Autumn Leaves

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Al buzo no le cabe ninguna duda de que el otoño, el de verdad, el que anuncia y lleva al puro invierno, llega justa, concretamente, la mañana del 1 de noviembre, día de Todos los Santos, después del responso en el cementerio de Madrona (Segovia), en que todo el pueblo se reúne en el cementerio para recordar a sus difuntos y del canto final a Jesucristo resucitado:


Acuérdate de Jesucristo
resucitado de entre los muertos.
El es nuestra salvación,
nuestra gloria para siempre.
Si con El morimos
viviremos con El.
Si con El sufrimos
reinaremos con EL.


Volviendo al pueblo, el buzo piensa que ya el invierno se acerca, y le viene a la cabeza la canción Peace Piece de Bill Evans.


Sin embargo, quizás sea más científico pensar que el momento en que ya no hay vuelta atrás, y llega de verdad el otoño, es ese día en que, de repente, parece que todos los árboles de Madrid se han puesto de acuerdo y, todos a la vez, se desprenden de sus hojas. Las hojas muertas o las hojas de otoño.


Autumn Leaves en Praga. 2010


Les feuilles mortes, es una canción que compuso en 1945 el músico húngaro (y judío), emigrado a París, Joseph Kosma, con letra del gran poeta frances Jacques Prevert. Sonó por primera vez, cantada por su protagonista Ives Montanden la película de 1946, Les portes de la nuit, dirigida por Marcel Carné. Kosma, de formación clásica, lejanamente emparentado con el gran director George Solti y discípulo de Bela Bartok, conoció, a través de Prevert al director de cine francés Jean Renoir y compuso las bandas sonoras de  muchas películas en el cine francés. Prevert era un gran poeta y guionista de cine, pertenció al movimiento surrealista francés con Marcel Duchamp y Raimond Quenau. 


Oh! je voudrais tant que tu te souviennes
Des jours heureux où nous étions amis
En ce temps-là la vie était plus belle,
Et le soleil plus brûlant qu'aujourd'hui
Les feuilles mortes se ramassent à la pelle
Tu vois, je n'ai pas oublié...

Al año siguiente uno de los grandes letristas americanos, Johnie Mercer escribió una nueva letra en inglés


The falling leaves drift by my windows
The falling leaves of red and gold
I see yor lips, the summer kisses
The sunburned hands I used to hold
Since you went away the days grow long
And soon I'll hear old winter's song
But I miss you most of all, my darling
When autumn leaves start to fall


Nat King Cole en Nueva York en 1947

y a partir de ahí, la canción se convirtió rápidamente en una de las canciones estandard, y uno de los jazzstandards de más éxito y de mayor popularidad, tanto en versiones instrumentales como cantadas. Vamos a ello. En versiones cantadas algunas de mis preferidas son las de Nat King Cole y de Doris DayMuy canónicas las dos. Hay muchas, muchísimas más: Edith Piaf, Pat Boone, Johnie Mathis, Frank Sinatra (que lo ha cantado todo), Barbra Streisand (una versión en francés demasiado sofisticada para el buzo), Grace Jones (version discotequera), Eric Clapton, etc., hasta del tigre de Gales, qué grande, Tom Jones.


Bill Evans. Festival de Jazz de Montreux- 1978

En cuanto a versiones instrumentales de jazz, también hay muchísimas. Les propongo tres. En primer lugar  Bill Evans, porque es mi pianista  de jazz favorito, (es el mejor; adoro a Bill Evans). La versión que les enlazo es de 1965 de una actuación en directo con Eddie Gómez al contrabajo y Jeremy Steig a la Batería. El grandísimo pianista actual Keith Jarrett, ha hecho también varias versiones muy buenas de Autumn Leaves. La segunda, que creo que es la mejor versión de todas, sin duda ninguna, es de Cannoball Adderley del disco Something Else con una formación que lideró y en la que estaban nada menos que Miles Davis a la trompeta, Hank Jones al piano, Sam Jones al contrabajo y Art Blakey en la batería. Maravillosa sencillamente. La última es del trompetista Chet Baker. En uno de sus retornos a la música en 1974 se juntó con Paul Desmond y realizaron el disco She Was Too Good To Me. Su solo de trompeta en esta canción, dicen los entendidos, es uno de los mejores y más característicos del gran trompetista.